El ciclismo profesional no es salud
Durante el recientemente concluido Tour de Francia Femenino, más allá del rendimiento espectacular mostrado por Pauline Ferrand-Prévot, ha generado polémica la extrema delgadez de la ciclista francesa. Un nivel de peso no muy diferente al que presentaba su compañero en el Visma-Lease a Bike masculino, el danés Jonas Vingegaard pero que, sin embargo, en el caso de la francesa ha vuelto a traer a la palestra el debate sobre lo poco saludable que es el ciclismo de primer nivel.
La extrema delgadez de Pauline Ferrand-Prévot en el Tour vuelve a alimentar el debate entre ciclismo y saludable
En muchas ocasiones se ha hablado de lo poco sano que resulta la nutrición que llevan a cabo los ciclistas de competición para conseguir llevar al límite su porcentaje de grasa corporal y, a su vez, poder hacer frente a los tremendos requerimientos energéticos que demanda una carrera del máximo nivel como es el Tour de Francia.
Un aspecto que ha vuelto a ser tema de conversación a colación del aspecto que ha venido mostrando Pauline Ferrand-Prévot en este Tour de Francia, tremendamente delgada, y que le ha servido para contar con la mejor relación peso potencia para poder realizar exhibiciones como la que nos brindó en la etapa reina con final en el Col de la Madeleine.
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Pauline Ferrand-Prévot ha hecho uso de todo el arsenal en materia de entrenamiento y nutrición que pone a su disposición el superequipo Visma-Lease a Bike, incluso trasladó su residencia a Andorra, como hacen muchos de los profesionales masculinos, buscando poder residir en altitud y, a su vez, tener algunos de los puertos más exigentes de los Pirineos prácticamente a la puerta de casa, amen de, obviamente, las razones económicas que siempre persiguen quienes fijan su residencia en aquel país.
En cualquier caso, Pauline Ferrand-Prevot y su equipo tenían claro que el Tour de Francia 2025 se iba a decidir en las rampas del Col de la Madeleine, un ascenso de casi hora y media por lo que buscaron reducir su peso al mínimo lo que le llevó a perder 4 kilos, una auténtica burrada cuando se pare de unos niveles de peso ya mínimos. “Hay que adaptarse al terreno” señalaba la francesa apuntando que, en primavera había hecho lo contrario, ganar peso en forma de músculo que le permitiera contar con más potencia para el terreno llano, una decisión que le permitió salir victoriosa de la París-Roubaix.
En cualquier caso, la propia Pauline Ferrand-Prévot es consciente de que un peso tan al límite no es sostenible en el tiempo “Mi trabajo es dar lo mejor de mí. Sabemos que este es un deporte de resistencia y para escalar se necesita una alta relación entre vatios por kilo. Tomé la decisión y trabajé duro para lograrlo. No quiero quedarme así”.
A su vez, la ciclista francesa tranquilizaba a los que piensan que está poniendo en riesgo su salud con una reducción tan drástica de peso “Teníamos un buen plan con el nutricionista del equipo y todo está bajo control. No hice nada extremo, de hecho, aún me quedaban energías tras los 9 días de competición”.
Desde algunos círculos se ha criticado el tono paternalista de quienes han señalado que la delgadez de Pauline Ferrand-Prévot podría no ser saludable cuando, en el caso de sus homónimos masculinos Pogacar o Vingegaard, tan al límite de peso como ella, no se haya hecho alusión a este mismo aspecto, auque ese sea ya otro tema de debate.