Pogacar se rehace y tira de orgullo para llevarse la victoria en Los Vosgos

Pogacar le regala una victoria de etapa a su equipo después de doblegar a Vingegaard en el esprint final. El esloveno llegó a tiempo para recuperarse y despedir el Tour con un sabor de boca algo menos amargo del experimentado hace unos dñias en el Col de la Loze. Ciccone se proclama Rey de la Montaña y Adam Yates se hace con el tercer cajón del podio.

Pogacar gana el esprint final a Vingegaard y se lleva la etapa

El 110º Tour de Francia nos brindaba una dura etapa de montaña para poner la guinda a una edición sensacional antes de bajar el telón hasta el próximo julio. Los corredores se enfrentaban a un último esfuerzo agónico: 133,5 kilómetros pero con seis ascenciones, entre las que destacaban las dos últimas, de primera categoría.

Con la general ya resulta a favor de Vingegaard, aún quedaban algunos interrogantes a resolver: la pelea por el podio, el maillot de la montaña y la posible recuperación express de Pogacar que le permitiese cerrar la carrera con una victoria para su equipo.

La etapa arrancó con Campenaerts y De Bruyst como protagonistas. Habían pasado pocas pedaladas cuando algunos corredores ya empezaban a ceder metros con el pelotón, síntoma de una jornada, una vez más, con un ritmo altísimo que obligaba a sudar desde bien temprano. Sin embargo, los movimientos al frente del grupo fueron rápidamente neutralizados y todo siguió sin mayores novedades.

Caída de Carlos Rodríguez en la que se vio implicado Sepp Kuss. El granadino -a 1 minuto y 16 segundos del podio- se iba al asfalto al trazar una curva y, aunque pudo seguir, las magulladuras y los golpes en la cara, los brazos y las piernas eran evidentes. Por su parte, el estadounidense solicitaba la asistencia médica.

Momento importante en el que se conformó el grupo de delante sin la presencia de Pogacar pero con dieciocho corredores; Vingegaard, Pidcock, Kung, Powless, Van Baarle, Landa, Ciccone, Ion Izagirre o Van der Poel, entre ellos. Casi de inmediato, Pedersen metió más ritmo y Ciccone, Neilands, Powless y Landa siguieron su estela para abrir hueco.

Los médicos atendían a Carlos Rodríguez mientras Vingegaard, Van Baarle y Kwiatkowski reingresaban en el pelotón. Cabeza para los 15 corredores fugados.

Tras superar el Ballon d'Alsace, los ciclistas llegaron al Col de la Croix des Moinats y, casi sin tiempo para poder digerirlo, empezaron a escalar el Col de Grosse Pierre. La calma (relativa) se adueñó de la etapa con dos grupos a la vanguardia: Pidcock, Pinot, Skjelmose, Ciccone, Neilands, Barguil y Van Gils por un lado; y los favoritos 20 segundos por detrás.

Los fugados sufrieron algunas bajas y sumaron algunas altas -Vermaeke, Madouas, Urán-. Al final quedó en cosa de diez, mientras que por detrás solo estaba el pelotón, que se situaba entonces entorno al 1'16". 

Todavía con kilómetros por delante, la vista estaba ya puesta en los dos últimos puertos del día, ambos de primera categoría: Petit Ballon (9,3 km al 8.1%) y Col du Platzerwasel (7,1 km al 8.3%). Mientras, Ciccone se proclamaba ganador del maillot de la Montaña.

Ataque de Pinot a 31 de meta. El francés pasó a la acción y puso una marcha más para dejar atrás a sus hasta entonces compañeros de fuga: Pidcock, Madouas, Pinot, Ciccone, Harper y Barguil. La etapa siguió muy abierta con el pelotón a poco más de un minuto y un grupo perseguidor a unos 30 segundos.

Pinot pedaleó con fuerza para coronar en solitario y afrontar el descenso con medio minuto de renta. Gaudu se fue al suelo instantes antes de que los de delante empezaran con el Platzerwasel.

Pogacar atacó a algo más de 13 kilómetros de meta. Cambio de ritmo del esloveno que replicó Vingegaard sin dejar que su rostro dibujara una sola mueca. Parón de las dos bestias que aprovechó Gall para unirse a ellos.

El trío fue recortando distancias con el otro trío que tenía por delante. Les dieron caza y Gall picó espuelas con unas piernas que tenían vatios para rato. Vingegaard y Pogacar aguntaron el arreón, mientras Pidcock también lo hizo pero acabó cediendo tras unos metros. Gall siguió tirando con insistencia, mientas el maillot amarillo se ubicaba a su espalda y Pogacar lo hacía en la retaguardia.

Los kilómetros se fueron consumiendo entre columnas de aficionados que jaleban sin descanso a los tres corredores que iban a decidirse la etapa en los últimos metros. Coronaron. Sin ataques. 8 kilómetros para meta. 

Los hermanos Yates llegaron a contactar con ellos a poco más de 4 kilómetros. Pogacar sumaba una carta más a sus opciones de victoria, aunque nadie sabía cómo de frescos estaban cada uno. Como se podía esperar, todo se iba a resolver en el esprint: Yates delante para abrirle el camino a Pogacar.

Vingegaard los pasó por el interior con la habilidad de un malabarista y empujó como un animal. Pogacar hizo lo mismo y ambos se pusieron en paralelo antes de que la bici del esloveno se adelantase, Vingegaard tirase la toalla y Pogacar se despidiese del Tour con una victoria.

Por su parte, Adam Yates acaba tercero de la general. Carlos Rodríguez se quedó fuera del podio, pero firma un primer Tour para recordar, más si cabe después de la caída que le provocó serias magulladuras por todo el cuerpo.