¿Se puede bajar la presión arterial montando en bici?
El ejercicio físico puede ayudar a reducir la presión arterial alta, una afectación muy común en personas adultas. El deporte, y en concreto también el ciclismo, son buenas herramientas para hacer que las arterias y el corazón estén más sanos. De hecho, ejercicios como el ciclismo en ocasiones pueden devolver la presión arterial de personas hipertensas a niveles normales, según la Fundación Española del Corazón.
Bajar la presión arterial: la importancia de combatir a una conocida desconocida
En general, cada vez somos más conscientes de la imporantancia de tener unos hábitos saludables que ayuden a reducir los riesgos que conlleva un estilo de vida sedentario. Hay una gran cantidad de factores a tener en cuenta. Y la presión arterial es uno de ellos.
La hipertensión es una gran conocida por todos. De hecho, el 42,6% de los adultos en España tiene la presión arterial alta, según un estudio del 2015 publicado por la Revista Española de Cardiología, afectando al 49,9% de los hombres y al 37,1% de las mujeres. Por su parte, la Sociedad Española de Cardiología cifra en 14 millones las personas que sufren de hipertensión en España, llegando a un porcentaje del 50% para los mayores de 55 años.
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Al mismo tiempo, la hipertensión es, en algunas ocasiones, una desconocida, ya que el 37,4% de los hipertensos no están diagnosticados, según el estudio publicado en la Revista Española de Cardilogía. Este es otro dato importante, puesto que hacer ejercicio para este tipo de personas puede suponer también un peligro porque la presión suba en exceso.
La razón de que tanta gente afectada desconozca su hipertensión es porque es una afectación que no presenta síntomas. Pese a esto, es un indicador importante que se debe tratar de mantener en los niveles adecuados, "groso modo" una tensión menor de 140/90 mmHg en reposo, según la Fundación Española del Corazón.
La presión arterial alta prolongada, según el portal producido por la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., hace que el corazón bombee con más fuerza (que trabaje más) teniendo el riesgo de derivar en problamas graves de salud.
El ciclismo: otro soldado más en la batalla
Para combatir la hipertensión hay que seguir las indicaciones del médico. Cada caso es diferente y es pertinente que cada paciente conozca lo que debe hacer en su caso. Pero si no existe contraindicación médica que diga lo contrario, el ejercicio físico es un buen aliado para bajar la presión arterial.
La OMS y la Sociedad Internacional de Hipertensión Arterial recomendaron por primera vez en 1989 el ejercicio físico "entre las medidas no farmacológicas destinadas a disminuir los valores de tensión arterial", según explica la Fundación Española del Corazón.
Se ha investigado acerca de las ventajas de diferentes tipos de ejercicios -aeróbicos, de fuerza, isométricos- para la reducción de la presión arterial. Sin embargo, aquí vamos a explorar lo relacionado con el ejercicio aeróbico, que es donde se enmarca el ciclismo, que también ofrece otras ventajas en la salud.
A falta de un consenso general que establezca en qué cantidad el ejercicio puede reducir la hipertensión, existen algunos datos que pueden ayudar a hacerse una idea. En primer lugar, Clínica Mayo dice que la presión diastólica -la cifra inferior- puede caer de 4 a 12 mmHg y la sistólica -la cifra superior- de 3 a 6 mmHg cuando comienza a aumentar su nivel de actividad.
Por su parte, la Sociedad Española de Cardiología recomienda "unos 30 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada, preferiblemente (pero no exclusiva), de 5 a 7 días por semana", ya que el "entrenamiento físico regular reduce la morbilidad y la mortalidad".
La Fundación Española del Corazón explica que si se realizan de manera correcta, "estos ejercicios pueden llegar en ocasiones a reducir los valores de tensión arterial en personas hipertensas hasta situar sus valores dentro de la normalidad".
Pero como se ha dicho antes, estas recomendaciones son a nivel general y, aunque puedan aplicarse a un gran número de personas, siempre hay que consultar al médico, que es quien sabrá qué es lo más adecuado para el caso concreto de cada paciente.