Qué otros deportes practican los ciclistas profesionales en pretemporada

Lo de parar totalmente entre campañas que se estilaba hace unas décadas quedó en el olvido. Ahora los profesionales han de mantenerse activos entre una temporada y la siguiente evitando tener que comenzar a entrenar de cero para así poder estar en forma desde la primera carrera. Elegir deportes alternativos, que sean complementarios a la bici ayuda no sólo a llegar al inicio de la preparación ciclista en óptimas condiciones sino también a ejercitar músculos y zonas del cuerpo que quedan en un segundo plano a lo largo del año.

Los deportes alternativos de los ciclistas profesionales

Lejos quedan los tiempos en los que, finalizada la temporada de competición, los ciclistas se abandonaban durante cerca de un mes dedicándose únicamente a descansar y darse los caprichos que no podían disfrutar el resto del año. Era otro ciclismo en el que las campañas comenzaban para muchos de forma tranquila, afrontando las primeras carreras como una mera preparación de cara a sus verdaderos objetivos.

Hoy en día, todo eso ha cambiado y la exigencia es tal que el profesional ha de estar en plena forma desde finales de enero hasta mediados de octubre, bien es cierto que introduciendo determinados periodos de forma y descanso en mitad de la campaña, pero al fin y al cabo una exigencia total durante 10 meses al año.

Llegado noviembre por fin llega el deseado descanso para la mayoría, un alto breve ya que a comienzos de diciembre los equipos arrancan de nuevo con las primeras concentraciones invernales y, para aquellos que disputen las primeras carreras del año, la exigencia ya será grande. Aparte, en un deporte cada vez más multidisciplinar, no son pocos los que enlazan la campaña de carretera o bici de montaña con el ciclocross o la pista.

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Con esta exigencia, la llamada pretemporada cobra aún más importancia al obligar a los ciclistas a mantenerse activos en los momentos en los que la bici queda en un segundo plano. Varias son las opciones que eligen, siempre tratando de buscar deportes en los que no sea fácil lesionarse y que a su vez sean lo más compatible posible con el ciclismo.

Senderismo

Una de las actividades tradicionales de pretemporada ha sido caminar por la montaña, un deporte que permite al ciclista realizar un esfuerzo de baja intensidad, durante mucho tiempo y sin apenas impacto para sus articulaciones y riesgo mínimo de lesión.

No tiene tanto auge en la actualidad a causa del tiempo que requiere, en unas fechas en las que el deportista busca precisamente desconectar un poco y reducir el volumen de entrenamiento y porque su aporte únicamente incide en el mantenimiento del sistema aeróbico, cualidad sobradamente desarrollada en los ciclistas.

Gimnasio y ejercicios complementarios

El trabajo de la fuerza se ha convertido en algo esencial en la preparación de los ciclistas, una parte del entrenamiento que hoy en día incluso se mantiene a lo largo de toda la temporada. Ya no para potenciar las piernas, que siempre es interesante sino también en lo que se refiere al control postural a fin de evitar lesiones debidas a la exigente posición sobre la bicicleta que emplean los profesionales.

Por eso, más allá de las típicas sesiones de pesas en el gimnasio, en la actualidad se prodigan otros ejercicios complementarios como el pilates con los que se busca incidir en la flexibilidad y el fortalecimiento de todos los músculos estabilizadores: lumbares, músculos de la cadera, abdominales, etc. Además, ya no se desdeña el trabajo de tren superior para lograr un tono minimo que mantenga compensado el cuerpo y que, para los clasicómanos especializados en las carreras sobre el adoquín se convierte en un plus con el que lograr un mayor rendimiento sobre estas superficies irregulares.

Esquí de fondo y de montaña

Otra de las opciones tradicionales cuando llegaba el invierno era la de practicar esquí de fondo, un deporte exigente a nivel aeróbico y sin impacto. Actualmente ha caído en desuso ya que no son pocos los ciclistas que optan por el esquí de montaña, que añade a las exigencias del esquí de fondo ese componente de aventura y contacto con la naturaleza del senderismo.

Una actividad que se ha convertido en la preferida por muchos de los ciclistas que en la actualidad residen en Andorra, como los corredores de Movistar Team Carlos Verona e Iván Carcía Cortina, que encuentran en este deporte una alternativa perfecta no sólo para la pretemporada sino también para esos días en que la meteorología no acompaña para montar en bici.

Aunque se trate de una actividad controlada, no está exenta de riesgos ya que, igual que hay que subir montaña arriba, luego toca descender. Eso lo puede atestiguar el ciclista de Caja Rural-Seguros RGA Edu Prades que en 2021 sufrió una fractura de fémur que le hizo perderse todo el inicio de esa temporada.

Carrera a pie

Históricamente, correr ha sido el deporte odiado por los equipos ciclistas. Un deporte al que se le colgaba el sambenito de ser incompatible con el ciclismo alegando que se trabajaban otros grupos musculares y que perjudicaba a las articulaciones de los ciclistas siendo fuente de lesiones.

Cierto es que la carrera a pie es un deporte más agresivo por el impacto contra el suelo que genera cada zancada, algo a lo que el físico del ciclista no está acostumbrado. Sin embargo, los avances en amortiguación y estabilidad de las zapatillas existentes en el mercado y el peso liviano de la mayoría de ciclistas profesionales hacen que el riesgo de lesión sea mínimo. De la supuesta incompatibilidad muscular ya hace años que se encargó el triatlón de desmentir esta falsa creencia.

 

 

 

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Una actividad que forma parte esencial de la preparación de los especialistas en ciclocross entre los que destaca Wout Van Aert al que incluso podemos ver, en su cuenta de Strava, salir a correr unos kilómetros incluso en medio de la disputa de un Tour de Francia, en una actividad que mantiene a lo largo de toda la temporada. También son grandes corredores algunos como Thomas Pidcock, que el año pasado sorprendía con un entrenamiento de 5 kilómetros a ritmo de 2:41/km, cifra sólo al alcance de los mejores atletas. Luego se vio que ese espectacular ritmo se debió a un error de medición de su dispositivo GPS aunque, aún así, el ritmo real resultaba espectacular.

Otro con un buen historial como corredor es el vigente Campeón del Mundo Remco Evenepoel cuyos orígenes deportivos se encuentran en el fútbol, donde llegó a ser internacional en categorías inferiores y que, cuando sólo contaba con 16 años, fue capaz de marcarse una media maratón en unos fantásticos 1:16:15, lo que supone un tremendo ritmo de 3:37/km.

Bici de montaña, gravel, ciclocross

Más allá de los profesionales que compatibilizan otras modalidades del ciclismo con miras competitivas, otros muchos, que prefieren no dejar de pedalear aun fuera de temporada, aprovechan estas fechas para acercarse a estas modalidades con un enfoque de mera diversión.

Unas disciplinas que al desarrollarse fuera del asfalto permiten al profesional de carretera trabajar en su técnica y dominio de la bicicleta, adquiriendo recursos y respuestas ante ciertas situaciones que después pueden resultar muy útiles cuando toca reaccionar ante una caída que se produce unos metros por delante o ante esa curva en pleno descenso en la que has entrado a demasiada velocidad.

Con la disputa del primer Mundial de Gravel algunos como Carlos Verona, como ya hiciera Peter Sagan unos meses antes con su participación en la Unbound y otros profesionales de carretera que tomaron parte en la carrera disputada en Italia han encontrado en el gravel un útil divertimento para estos meses, sobre todo las primeras semanas tras finalizar las competiciones en las que se trata de ir perdiendo progresivamente la forma de la bici por lo que aún hay que mantener una dinámica de salir a pedalear.

 

 

 

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Otros como el gorrión Ángel Madrazo se han dejado seducir por los cantos de sirena de su compañero de equipo en Burgos-BH Felipe Orts, nuestro mejor representante a nivel internacional sobre el barro y le ha encontrado el gusto a esto de montar en bici por circuitos revirados en los que toca echarse la bici al hombro de cuando en cuando, y eso que el aprendizaje le ha costado algún que otro revolcón.