El ciclismo de carretera provoca lesiones más graves que el MTB, según este nuevo estudio
Que las caídas en el asfalto resultan más graves que las que se puedan sufrir cuando montamos por caminos es algo que quienes combinan disciplinas conocen de forma empírica más que de sobra. Sin embargo, ahora, un estudio publicado en la revista científica Scientific Reports confirma este extremo con números en la mano.
Los números hablan claro: es más fácil hacerse daño en carretera que pedaleando por caminos
Para apoyar sus afirmaciones, el estudio analizó 149 casos atendidos en los servicios de urgencias relacionados con accidentes ciclistas. La principal conclusión de este es que, mientras en el ciclismo de carretera es más difícil sufrir un accidente, sus consecuencias resultan por lo general más graves que en el ciclismo de montaña donde las caídas están a la orden del día.
De los casos analizados, un 33% correspondían a accidentes sobre la bici de carretera pero estos obtenían una puntuación de gravedad de 6 mientras que el 67% de accidentes restante, sobre la bici de montaña obtenía una puntuación de gravedad de 4.
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Una puntuación obtenida estableciendo una escala de puntuación a las diferentes lesiones que reportan los ciclistas en función de la parte del cuerpo afectada, no es lo mismo un traumatismo craneoencefálico que una abrasión en una pierna por poner un ejemplo.
De la distribución de las lesiones analizadas, los investigadores concretaron que en el ciclismo de carretera afectan a todas las zonas del cuerpo pero en especial las extremidades superiores seguidas de piernas, cara, torax, cabeza, columna y cuello. Aparte, también se analiza la incidencia de los accidentes en carretera en función de la edad concluyendo que se trata de un factor de riesgo, tanto en montaña como en carretera, siendo más graves las lesiones cuanto mayor es el ciclista, algo que tampoco sorprende a los que montamos en bici. Mayor tiempo de reacción, mayor fragilidad osea o pérdida de habilidades visuales y acústicas asociadas a la edad pueden estar detrás de esta correlación entre edad y la posibilidad de sufrir lesiones graves.
Otro factor a tener en cuenta es que, mientras en el ciclismo de montaña la mayoría de los accidentes están asociados a la pérdida de control de la bici por parte del ciclista, los producidos en carretera también ven afectada su gravedad por la implicación, en el 30% de los accidentes analizados, de un vehículo motorizado.
En todo caso, son datos que, como explicábamos al comienzo, no sorprenderán a aquellos ciclistas que combinan distintas disciplinas. En carretera las caídas son poco habituales el problema es que, cuando nos vamos al suelo, normalmente lo hacemos a una velocidad bastante más alta que pedaleando por caminos y el asfalto es una superficie muy dura. A menudo el resultado es una arrastrada que nos deja la piel de muslo, cadera, hombros, brazos en carne viva, la consecuencia menos grave.
Si no tenemos tanta suerte y el impacto el seco se suele traducir en la habitual rotura de clavícula o un impacto en la cabeza que, si llevamos casco, no suele acarrear efectos graves. Por último, el peor escenario es tener una colisión con un coche donde la gravedad de las consecuencias suele aumentar.
Mientras, en la montaña, aunque los ciclistas de carretera que prueban las ruedas gordas lo vean como un terreno hostil lo cierto es que, aunque no sea difícil irse al suelo, sobre todo si gustamos de afrontar tramos técnicos, lo habitual es que estas caídas se produzcan a poca velocidad y se salden con un simple revolcón que apenas nos provoca rasguños. Únicamente si tenemos la mala suerte del caer sobre una piedra picuda o caemos por un desnivel la gravedad aumenta. De hecho, es mucho más fácil hacerse daño si tenemos algún incidente bajando por alguna pista rápida, lo que sería el equivalente a la carretera fuera de ella.
En cualquier caso, como os hemos explicado en alguna ocasión, por suerte en la bici la habilidad del ciclista y el dominio que tengamos de la misma a menudo va asociado con la posibilidad de sufrir caídas graves. Es por ello que os volvemos a insistir en entrenar la técnica lo que al fin y al cabo supone invertir en nuestra seguridad sobre la bici.