Giant retrasa el pago a proveedores por la caída de la demanda
La actual situación económica unida a un descenso de la venta de bicis tras el boom postpandemia ha llevado a Giant, el mayor fabricante mundial de bicis a pedir a sus suministradores un aplazamiento en los pagos mientras se normaliza la situación y dan salida a los inventarios acumulados.
Tiempos turbulentos para la industria de la bici.
La situación del mercado de la bicicleta en estos últimos años dista mucho de ser tranquila. Desde el parón de la pandemia en 2020 la industria ciclista vive en un constante carrusel de emociones donde tan pronto las previsiones son optimistas como todo pinta negro. El parón pandémico detuvo el mercado con muchos lanzamientos teniendo que ser retrasados y se ajustaron los volúmenes de fabricación.
Tras ello llegó un auténtico boom de gente que había estado meses encerrada en sus casas por el deporte en general y la bici en particular que puso sobre la mesa la fragilidad de las redes de distribución. Aún así, prácticamente todas las marcas dispararon sus ventas en este periodo.
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Ahora la situación inflacionista generada por la guerra de Ucrania vuelve a golpear al mercado encareciendo la producción, a lo que se une la bajada de la demanda tras el pico postpandemia y que ha cogido a unos fabricantes con almacenes llenos de productos a los que dar salida y a otros que aún no han conseguido recuperar la normalidad en la distribución.
En resumen, una locura que nos tiene completamente descolocados acerca de cuál será la tendencia en un futuro cercano en el mercado de la bici. Unos momentos que están siendo capeados por las empresas de mejor o peor manera y que han llegado a afectar a firmas tan monstruosas como Giant, el primer fabricante mundial de bicicletas.
Giant enviaba unas carta hace unos días a sus proveedores solicitando un retraso en los pagos de 45 días extra para todos los pedidos realizados durante el periodo comprendido entre diciembre de 2022 y marzo del próximo año. Según fuentes de la propia marca, la razón para solicitar esta medida era la ralentización del mercado durante los meses invernales y la necesidad de dar salida a la gran cantidad de producto acumulada en sus inventarios para poder hacer frente a los pagos.
En cualquier caso, se apunta desde la marca, se trata de una medida de prevención destinada a protegerse frente a riesgos mientras se incide en que las operaciones de la compañía y la situación económica de la misma se mantiene completamente normal.
Una situación que viene motivada por el descenso de las ventas producido durante los tres primeros tercios de 2022 y que, en lo que a bicis deportivas se refiere, se ha cuantificado en un 14% menos para la firma Taiwanesa.
Los problemas en las redes de distribución y la acumulación de productos en los almacenes se han convertido a lo largo de estos meses en el talón de Aquiles de muchas marcas del sector como por ejemplo la firma alemana Rose que acumulaba hasta 45.000 bicicletas en stock, a muchas de las cuales además no podía dar salida debido a la falta de suministro de materiales para su montaje. Una situación a la que han buscado dar salida con la rebaja de un 15% de los precios
Sin embargo, otras marcas como Merida, han declarado no haberse visto afectadas por la situación, señalando que el boom de demanda tras la pandemia, que se centró mayoritariamente en el segmento medio-bajo, cuyo descenso ahora llena los almacenes apenas supone una pequeña fracción del volumen de negocio de la compañía.
En todo caso, la indefinición domina el mercado del a bici algo que también afecta en un último extremo al consumidor final que piensa en cambiar de bici y duda si comprar ahora, temiendo que los precios sigan disparándose como ha venido ocurriendo en los últimos tiempos o, por el contrario, confía en esperar un poco a que las marcas planteen ofertar sus productos de forma más económica ante la bajada de las ventas y la acumulación de producto.