París-Roubaix 2023: horarios, favoritos y dónde ver
Casi sin tiempo para saborear el maravilloso Tour de Flandes que nos regaló Tadej Pogacar, llega el desenlace de la temporada de adoquines con la disputa del tercer monumento, sin duda, el más icónico de todos y una de esas pruebas que trasciende el ámbito del aficionado puro al ciclismo. Llega un París-Roubaix en la que los grandes clasicómanos tratarán de lamerse las heridas tras la inapelable victoria de Tadej Pogacar en Flandes.
París-Roubaix 2023: camino del infierno… del norte
Las clásicas primaverales del pavés llegan a su fin con el clímax que cada año supone la París-Roubaix, una de las carreras más locas que cada año podemos disfrutar y donde las alternativas cambian casi a cada minuto de carrera. Una caída o un pinchazo que pueden apear a un corredor de la disputa de la victoria en otras carreras, aquí se pueden superar porque a todo el mundo le acaba pasando algo en algún momento.
Carrera en la que entrar en la fuga del día, lejos de ser un movimiento de cara a dejarse ver, puede suponer encontrarse en la lucha por la victoria cuando lleguen los tramos definitivos y donde las tácticas de equipo y cualquier lectura de carrera previa a menudo se convierte en papel mojado. Bienvenidos al infierno del norte.
Favoritos a la victoria
RECOMENDADO
Conoce tu talla de bicicleta en 1 minuto: fórmula y tablas
Cuánto dinero en premios reparte La Vuelta a España 2024
¿Por qué las bicis son tan caras como una moto o un coche?
Potenciómetro de biela vs pedales ¿cuál es mejor?
3 entrenamientos de una hora para mejorar velocidad, fuerza y resistencia
Por qué deberías apuntarte a una carrera
Si algo tiene la París-Roubaix es que se trata de una prueba muy cruel que no siempre premia al corredor más fuerte. Cúantos nombres podemos recordar de ciclistas que han merecido ganarla y finalizaron su carrera en este deporte sin poder conseguir el preciado adoquín.
Entre los ciclistas actuales que nadie puede creer que no tengan esta carrera en su haber están los dos monstruos de este deporte Wout van Aert y Mathieu van der Poel, siempre favoritos y que, por diversas circunstancias nunca se han visto en la tesitura de poder vencer la París-Roubaix pese a que ambos han pisado el podio del velódromo de la localidad francesa.
Si tuviéramos que elegir, el máximo favorito sería de nuevo Mathieu van der Poel que nos está regalando una primavera excelente tras el triunfo en Milán-San Remo y ser el único en plantar cara a un implacable Tadej Pogacar en el Tour de Flandes. París-Roubaix es una carrera perfecta para su corpulencia y esa potencia bruta de la que hace gala en las carreras de ciclocross cuando arranca la moto y nadie es capaz de seguirle. Sin embargo, tendrá que prestar mayor atención al desarrollo de la prueba y no gastar fuerzas en vano si quiere sumar por fin este monumento a su colección. En cualquier caso, haay que confiar en lo enrrabietado que pueda estar el neerlandes tras el Tour de Flandes, de hecho, sorpresivamente tomó parte Scheldeprijs el pasado miércoles, una carrera sin dificultad alguna, para velocistas, con el único objetivo de añadir otro entrenamiento de calidad más antes de París-Roubaix, algo que seguramente consiguió si hacemos caso a los 47 km/h de media que se marcaaron.
Tanto o más favorito como él ha de ser Wout van Aert, pese a que el belga no termina de convencer en esta primavera. Venció E3 Saxo Classic, sí, con una táctica completamente a la defensiva donde en ningún momento se vio que fuera el más fuerte sino que se limitó a sobrevivir e imponerse en el sprint. Sin embargo, un par de días después daba un recital de potencia rompiendo la carrera el sólo en Gante-Wevelgem, en una prueba que acabaría regalando a su compañero Christophe Laporte. Volvió a dar la de arena en Tour de Flandes donde nuevamente se limitó a aguantar el ritmo marcado por Pogacar y Van der Poel hasta que el ataque de este último en Kruisberg terminó por desarbolarlo.
Pendientes tenemos que estar de la recuperación de Dylan van Baarle. El vigente ganador de París-Roubaix no pudo tomar parte en Tour de Flandes a causa de la caída sufrida la semana anterior durante la disputa del E3 Saxo Classic y aún no se ha confirmado su presencia en el Infierno del Norte. En cualquier caso habrá que ver el efecto que estos días parado haya podido tener en su estado de forma.
Hay curiosidad por ver de qué puede ser capaz Filippo Ganna quién, tras el gran segundo puesto que logró en Milán-San Remo no ha ocultado que la París-Roubaix es uno de sus objetivos principales de esta primavera. Con un 35º lugar como mejor clasificación de sus tres participaciones, Ganna cuenta con un físico y una capacidad de mover vatios que lo convierten en un ciclista perfecto para hacerse con esta carrera, aunque en su contra hay que poner que su dominio técnico de la bici está un escalón por debajo de los especialistas en pruebas del adoquín lo que le puede suponer gastar más fuerzas de las necesarias en muchos momentos de la prueba.
Tendremos que mantener también vigilado al ex Campeón del Mundo Mads Pedersen, que está realizando una magnífica primavera, proponiendo alternativas en todas las carreras frente a corredores con más piernas que él y que en una prueba tan impredecible como es París-Roubaix podría contar con la oportunidad de triunfo pese a no haber logrado ningún puesto destacable en este escenario.
De todas formas, no olvidemos que la París-Roubaix es una carrera totalmente impredecidble, e históricamente han logrado la victoria algunos corredores con los que nadie contaba en las apuestas. En este segundo escalón de ciclistas que podrían cazar esta prueba, tendríamos que incluir a los hombre del Soudal-QuickStep que continúan con su peculiar travesía del desierto. Entre ellos, Kasper Asgreen es el que mejor disposición ha mostrado a lo largo de este mes de clásicas y seguro que tratará de estar delante. Lo mismo podemos decir de Matej Mohoric por parte de Bahrain-Victorious, que pese a no haber logrado el gran punto de forma del año pasado, siempre está ahí.
Bienvenidos al norte
Poco misterio tiene el trazado de París-Roubaix que, salvo pequeñas modificaciones para pasar o no algún tramo en concreto en función del estado de los adoquines, se mantiene prácticamente inalterado edición tras edición.
Al contrario de lo que nos hace suponer su nombre, la carrera no parte de París como sí hacía en su orígenes. El punto de partida se sitúa desde hace décadas en la localidad de Compiegne, a unos 100 kilómetros al norte de la capital francesa.
La carrera afronta de salida lo que quizás sea la parte más quebrada del recorrido a través de un terreno llano pero jalonado de pequeños repechos, nada serio pero unido al viento que sacude las grandes extensiones abiertas que caracterizan la región hace que la carrera arranque tensa desde el primer momento, sobre todo por lo goloso que es colarse en la fuga aquí, ya que más que un desgaste extra supone una ventaja ir delante cuando los tramos de adoquín comiencen a hacer su aparición tras los primeros 96 kilómetros de los 256 con los que cuenta esta edición 2023 de París-Roubaix.
De hecho, tanta es la lucha por entrar en la fuga que ha habido ediciones en que ninguna ha llegado a fraguar, llegando el pelotón agrupado a Troisvilles, duro tramo de pavés que habitualmente marca el inicio de los mismos. En esta ocasión 29 serán los sectores que tengan que atravesar para totalizar 54,5 kilómetros sobre las piedras. Por cierto, un dato importante, en el momento de escribir estas líneas la previsión para el fin de semana en el norte de Francia anunciaba gran posibilidad de lluvia lo que siempre da un plus de dureza a una carrera tan especial como la París-Roubaix.
Pese a que a partir de este punto comienzan a sucederse los tramo de pavés, la carrera sigue manteniendo un compás de espera, dejando que el desgaste se vaya acumulando como preludio del primer momento cumbre. A 95 kilómetros de la llegada se llega al mítico bosque de Arenberg, 2.300 metros de adoquines completamente irregulares donde llega el momento en que los favoritos pasan a la acción. No suele decidirse aquí el ganador pero a menudo sí se separa el grano de la paja y queda claro quién no va a estar en la disputa.
A partir de aquí ya no hay tácticas que valgan más allá de las fuerzas de cada uno y la capacidad para reducir al mínimo el desgaste que los tramos adoquinados va generando en el cuerpo del ciclista.
El siguiente gran punto de atención lo tenemos a 48 kilómetros de la llegada, con el paso del Mons en Pévèle, 3.000 metros de adoquín durísimo al que se añade la dificultad de su exposición al viento y de la varias curvas de 90º, habitualmente resbaladizas.
En todo caso, no cabe olvidar que en esta carrera y llegados a este punto, se puede producir un corte prácticamente en cualquier lugar ya que las fuerzas son justas. ¿Quién no se acuerda de Fabian Cancellara arrancando sin previo aviso en un tramo llano de asfalto para sentenciar la edición de 2010? Si aún así no se consigue romper la carrera, a buen seguro lo hará en el último tramo de cinco estrellas, el famosísimo Carrefour de l’Arbre, tramo de 2.100 metros al que hay que sumar que viene precedido, casi sin distancia entre ambos de un 4 estrellas como es Camphin en Pévèle, de 1.800 m.
Una auténtica guerra de desgaste para decidir qué corredor alcanza la gloria de ganar la clásica de las clásicas en el velódromo de Roubaix, una imagen capaz de justificar toda la carrera de cualquier ciclista.
Dónde ver la París-Roubaix 2023
La importancia de esta prueba se refleja en la amplia cobertura con que contará la prueba. Por supuesto Eurosport volverá a realizar una completa cobertura, emitiéndose la carrera completa desde las 10:30 de la mañana hasta aproximadamente las 17:30 a través del canal Eurosport 1, su plataforma digital y la aplicación asociada GCN+.
También Televisión Española realizará la cobertura de la prueba conectando a las 13:00 en Teledeporte, según el horario intermedio previsto por la organización, poco antes de la llegada al primer sector de pavés de la carrera.