Cómo mantener los pies calientes cuando pedaleamos en invierno
Pocas cosas hay más molestas que encontrarte bien sobre la bici, tener una ruta increíble por delante, y sentir los pies congelados. En pleno invierno, te damos algunos consejos para mantener tus pies calientes mientras das pedales.
Cómo mantener los pies calientes pedaleando en invierno
Como dice la canción, con los pies fríos no se piensa bien. Y pocas afirmaciones más certeras: puedes estar de piernas como el mismísimo Contador, que si los pies son dos cubitos de hielo tu cabeza no dejará de pensar en ellos.
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Pero hay formas, algunas muy sencillas, de hacerlos entrar en calor y de mantener ese calor durante tu ruta en bici para que no sufran. Porque, sí, no es sencillo mantener a buena temperatura la parte más alejada de todo flujo sanguíneo, la parte más comprimida y la parte menos móvil.
Pero sí que hay cosas que puedes hacer, y aquí tienes una lista interesante.
Una lista con todo lo que puedes hacer para calentar tus pies en bici
Cubrezapatos y calcetines de invierno
El primer consejo es el más obvio: mantener tus pies calientes a base de buen material que aporte y conserve su temperatura. Puedes decantarte por unos cubrebotas, unos calcetines buenos y de calidad invernales o, por qué no, por ambas cosas. Unos cubrebotas buenos sí que es cierto que pueden resultar más caros, así que empieza por el calcetín. Si no hay lluvia, si se trata sobre todo de temperatura, unos calcetines de invierno de calidad, fabricados en lana merina, van a suponer una diferencia enorme.
Los agujeros de tus zapatillas de ciclismo
Sí, por sorpresivo que te resulte, hay zapatillas de ciclismo que piensan más en refrigerar el pie que en protegerlo del frío. De hecho, lo hacen la mayoría. Así que considera taponar esos conductos de ventilación. Y los encontrarás tanto en el empeine, que puedes cubrir también con un cubrebotas, pero también en la suela, así que busca alguna forma de taponar también esa ventilación. No pasa nada si tu pie ventila algo menos en invierno, todo sea porque no penetre el aire congelado que corta como un cuchillo.
Cambia de zapatillas
Nos referimos a dos ideas con esto de cambiar de zapatillas de ciclismo. En primer lugar, si dispones de unas alguna talla más grande, van a ir mejor. En primer, porque te presionarán menos el pie, mejorando la circulación. Y en segundo lugar, porque aunque pienses que eso empeora la fijación, el que se amolden a tu pie, nada más lejos de la realidad, porque ese pequeño espacio lo vas a cubrir con más abrigo, con calcetines más gruesos.
En segundo lugar, cuando hablamos de cambiar de zapatillas de ciclismo también estamos pensando en algo más serio: un calzado específico para invierno. Lo hay, ya otros lo pensaron antes que tú. Suele ser muchísimo más cerrado, totalmente impermeable y más abrigado. Si vives en una zona templada, lo usarás dos o tres meses. Si vives en una zona fría, cuatro o cinco meses. Así que míralo de otro modo: es una inversión más que interesante. Y no te asustes, porque sus precios son muy semejantes a otro tipo de calzado ciclista.
Otros pequeños trucos
Por supuesto, a veces piensas sólo con los pies. Sí, porque si amplías el foco, hay más cosas que puedes hacer más allá de abrigar los pies, proteger los pies o aislar los pies. Poner unos guardabarros, por ejemplo. Porque el frío seco, se puede mitigar. Pero si tus pies se mojan, mejor que te olvides de volver a entrar en calor. Para ello, un buen guardabarros te evita que el agua ruede y salpique a tus pies.
Y si nada de esto te sirve, si la lluvia te ha pillado de improviso, si no puedes conseguir calcetines, zapatillas o guardabarros, siempre puedes tirar de lo cutre pero funcional: dos bolsas de plástico atadas al tobillo. Sí, serás el hazmerreír, pero ya sabes el refrán: ande yo caliente, ríase la gente.