Pinarello Dogma: historia y evolución de un modelo nacido para ganar
Pese a que, deportivamente hablando, lo más relevante de Giovanni Pinarello, fundador de la mítica marca italiana de bicicletas, fue vestir la maglia nera que reconocía en los años 50 al último de la clasificación del Giro de Italia, no ocurrió lo mismo con sus bicicletas que a lo largo de la historia han ligado el nombre Pinarello al de los más grandes campeones.

Dogma, la Pinarello de los grandes ciclistas del Siglo XXI
Desde comienzos del siglo XXI un modelo ha definido la gama de Pinarello como su referente en lo que a deportividad y rendimiento se refiere. Hablamos de la Pinarello Dogma, un modelo que la marca lanzó en el año 2002, en plena época de dominio de los cuadros de aluminio y que llega hasta nuestros días con la forma de la Dogma F que utilizan INEOS Grenadiers y, a partir del próximo año, Q36.5 en un alarde de rigidez, transferencia de fuerza, manejo y aerodinámica para una bici que continúa siendo uno de los grandes referentes.
Una primera Pinarello Dogma que sentaba las bases del modelo con una estética rompedora en un mundo del ciclismo dominado, como decíamos antes, por el aluminio y donde las bicis conservaban la estética tradicional de tubos redondos y líneas convencionales. Esta primera generación de Pinarello Dogma resultó innovadora, de entrada por construirse sobre un bastidor de magnesio, una aleación de aluminio con una alta proporción de este elemento y que mejoraba las propiedades de los bastidores de aluminio. Se combinaba el magnesio con un triángulo trasero elaborado en fibra de carbono, por entonces con un uso limitado casi en exclusiva a las horquillas, con el que se buscaba suavizar la excesiva rigidez vertical de los bastidores de aluminio.
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Sin embargo, la verdadera esencia de la Pinarello Dogma y que ha venido siendo marca de la casa hasta nuestros días es la incorporación de las formas Onda, un ondulado en patas de horquilla y tirantes con el que se buscaba una mejor disipación de las vibraciones y que resultó totalmente revolucionario para aquellos años.
El equipo Fassa Bortolo de ese comienzo de siglo fue el mejore escaparate para una bici en la que brilló un gran Alessandro Petacchi, gran dominador de las llegadas masivas de esa época, o unos jóvenes Fabian Cancellara e Ivan Basso.

No se produciría un gran cambio en la Pinarello Dogma hasta que, en 2009, la firma italiana acabara claudicando al carbono y lanzara su primera bici en este material en lo que, para muchos, resultó en toda una herejía y un atentado a la esencia tradicional de Pinarello. De hecho, durante varios años la firma de Treviso se resistió a producir cuadros de fibra de carbono aunque si comercializó varios modelos bajo la marca Opera en este material en lo que, sin duda, resultó una útil fase de aprendizaje de cara a la primera gran renovación de la Dogma.
Un paso al carbono con el que Pinarello sentó otra de las bases de este modelo, el diseño asimétrico. Algo totalmente novedoso en un momento en el que los fabricantes aún no conocían la forma de sacar pleno partido a la fibra de carbono y se limitaban a imitar con este material el diseño tradicional de los tubos de las bicicletas de aluminio y acero. Sin embargo, Pinarello fue más allá y empezó a entender la forma en la que el cuadro recibe los esfuerzos del ciclista y en cómo la forma de colocar el carbono podía ayudar a mejorar la rigidez de la bici sin elevar el peso

El diseño asimétrico se basaba en esencia en el hecho de que, durante el pedaleo, las fibras de las vainas del lado derecho y, en menor medida los tirantes, reciben esfuerzos de compresión por el hecho de estar situada la transmisión en ese lado, mientras que las del lado izquierdo trabajan en extensión. De esta forma, los cuadros Dogma estaban más reforzados en la parte izquierda en un trabajo más complicado para las fibras de carbono consiguiendo de esta diferenciación el comportamiento más homogeneo durante la pedalada. Una asimetría de diseño que, hoy en día, fruto de los estudios mediante Análisis de Elemenos Finitos se da ya por sentada en cualquier bastidor del mercado.
Un diseño que, a grandes rasgos, se mantuvo hasta el año 2014 aunque con una evolución año tras año que fue mejorando las cualidades de la bicicleta aunque la principal evolución de la misma no llegara hasta el año 2009 cuando la marca sometió a su Dogma a un importante trabajo de adelgazamiento y comenzó a tener en cuenta la incipiente aerodinámica que se mostraba patente en la integración de la cabeza de la horquilla en la estructura del cuadro.

Años en los que el baluarte de la marca fue, sin duda, el equipo Movistar, entonces bajo denominaciones como iBanesto.com, Illes Ballears o Caisse d’Epargne y con la figura de Alejando Valverde brillando por encima de todo, sin olvidar que en su palmarés figura el Tour de Francia de 2006 que acabó en manos de Óscar Pereiro tras la descalificación de Floyd Landis aunque este fue conseguido a lomos de una Pinarello Prince, otra de las denominaciones míticas dentro de la marca italiana pero que, a grandes rasgos, compartía un diseño casi idéntico con la Dogma, habiéndose alternado ambas bicis en el tope de gama de Pinarello y, por tanto, su utilización en el equipo navarro.
El cambio de década supuso la llegada del todopoderoso Team Sky con quien Pinarello volvió a lo más alto del ciclismo mundial. Los Tour de Francia de Bradley Wiggins, Chris Froome o, más recientemente de Geraint Thomas y Egan Bernal, además del absoluto dominio del ciclismo mundial por parte de la escuadra británica elevaron hasta cotas inimaginables el caché de Pinarello hasta convertirla en la auténtica firma de lujo que es hoy en día.

Como decíamos, en 2014 decidía romper con el diseño que había representado a la Dogma prácticamente desde su creación y lanzaba el modelo Dogma F8. Una renovación total en donde las características formas Onda se reducían a una mera insinuación al no ser necesarias ya gracias a los avances en el conocimiento de cómo laminar la fibra de carbono. Un cuadro en el que, más allá de la sutileza del modelo anterior, la aerodinámica en los cuadros de carretera comenzaba a tomarse realmente en cuenta según se iba conociendo más sobre la influencia de la misma a las altas velocidades de la competición y la implantación de la filosofía de las ganancias marginales implantada por el Team Sky.
Un diseño general que se mantiene hasta nuestros días pero, como no podía ser de otro modo, incorporando mejoras en cada sucesiva renovación como formas más aerodinámicas, reducción de peso, frenos de disco, cableado totalmente interno, etc. hasta llegar a la Dogma F que hoy en día corona el catálogo de Pinarello y que es el arma tanto de INEOS Grenadiers como lo será de un Q36.5 en el que Tom Pidcock, uno de los grandes embajadores de la marca, volverá a disfrutar de la calidad de una de las bicicletas más icónicas de la historia del ciclismo.