Se presenta una edición 2026 de La Vuelta a España con sabor andaluz

Puesta de largo de la última de las tres grandes que faltaba por dar a conocer su recorrido tras el imprevisto de última hora que supuso la negativa de las Islas Canarias de acoger el final de la ronda como estaba previsto inicialmente. Toma el relevo la comunidad de Andalucía que acogerá casi dos de las tres semanas de una carrera que arrancará el día 22 de agosto en las calles de Mónaco.

La Vuelta a España 2026 propone un trazado plagado de montaña

Realmente hemos tenido que mirar dos veces el trazado de La Vuelta para darnos cuenta del giro de guion, tras unas últimas ediciones con un recorrido francamente criticable. La organización encabezada por Javier Guillen nos propone una edición con mucha dureza muy repartida a lo largo de la carrera, con atención a la siempre olvidada media montaña que es esencia del territorio español, con una crono larga al que sumar la crono inicial por Mónaco, kilometrajes adecuados a una carrera del máximo nivel y hasta una etapa que incluye un tramos de sterrato.

Arrancará la carrera con una contrarreloj individual de apenas 9 kilómetros que tendrá como escenario las calles de Mónaco, incluido el trazado de su afamado circuito de Formula 1. Trazado llano que únicamente servirá para ordenar inicialmente la clasificación y el lucimiento en televisión de la ciudad anfitriona. Tampoco debería tener mayor relevancia la segunda, por las montañas que se alzan camino de Francia a lo largo de la Costa Azul y que llevará al pelotón hasta la localidad de Manosque. Una etapa que tiene como aspecto más reseñable sus 215 kilómetros, distancia totalmente atípica en la ronda española aunque únicamente sean dos de ellas las que superen los 200 km.

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Y de nuevo, como en los últimos años, llega la montaña pronto a La Vuelta a España 2026. Una primera toma de contacto que conducirá a los ciclistas hasta Font Romeu en un trazado monopuerto. Apenas un calentamiento para la jornada del día siguiente que arrancará y finalizará en Andorra. Única etapa discordante en cuanto al kilometraje con sus apenas 104 km pero, eso sí, con tremenda dureza: de salida el Port de Envalira, tras regresar al valle por el túnel que atraviesa bajo este puerto, se encadena la Collada de Beixalis, Ordino y de postre La Comella para finalizar bajando hasta la capital del principado. Una etapa que probablemente no marque demasiadas diferencias entre los favoritos pero que, como siempre se suele decir igual a alguno le supone despedirse de sus opciones de cara a la general.

Las Tierras del Ebro serán el escenario del quinto parcial con una etapa llana que debe de suponer una de las poquísimas oportunidades que los velocistas tendrán en la carrera. Y es que al día siguiente La Vuelta continúa rumbo sur hasta Castellón para afrontar un recorrido de media montaña muy típico de esta provincia donde no puede faltar el puerto por excelencia para el cicloturista de la zona: El Desierto de Las Palmas, que se afronta en dos ocasiones, la segunda de ellas, denominada Puerto de El Bartolo con una alternativa que sube por un tramo de tierra.

Sin apenas descanso, continuará la media montaña haciendo mella en las piernas del pelotón por tierras turolenes. Un trazado sin un metro llano que llevará a los ciclistas hasta Valdelinares. Recordemos que una jornada como esta fue la que hizo, hace un par de ediciones, que Sepp Kuss se hiciera con el liderato de la carrera y ya no lo soltara hasta la meta de Madrid.

Nueva etapa llana en Valencia, entre Puçol y Xeraco que permitirá tomar aire a los ciclistas de cara a la durísima jornada que cierra la primera semana de carrera. Un etapón de más de 5.000 m de desnivel por los puertos de la Marina Alta de Alicante, terreno de sobra conocido para todo el pelotón y que concluirá con la interminable subida a Aitana.

La segunda semana comienza con una etapa por la Sierra de Alcaraz, por ubicación y perfil a todas luces apropiada para que los favoritos la afrontes como un segundo día de relax mientras que una fuga se hace con todos los honores. Una tranquilidad que debería continuar al día siguiente, entre Cartagena y Lorca en un día abonado a la llegada masiva.

En todo caso, se trata de días que los favoritos ha de aprovechar para guardar las máximas fuerzas posibles ya que el siguiente enfrentamiento con la montaña será otra de las jornadas reinas de la carrera. Vuelve al trazado de La Vuelta a España la llegada a Calar Alto, que viene precedida en el perfil por el ascenso a Velefique uno de esos encadenados que desmiente ese dicho habitual de que en España no se pueden hacer etapas de alta montaña.

Entre Almuñecar y Loja transcurrirá la etapa 13, de nuevo terreno de media montaña que presumiblemente estará abonado a una fuga, a estas alturas de carrera, seguro que de mucho nivel y, ya metidos en el fin de semana, la provincia de Jaén toma el protagonismo para ofrecernos la llegada al Alto de La Pandera, subida que siempre marca diferencias que vendrá precedida de los ascensos a Los Villares y Locubin además de todo el territorio comanche de esta provincia donde se acumula desnivel casi a cada pedalada.

Para terminar la segunda semana una etapa rompepiernas que, de nuevo, parece apuntar a que sea una fuga quien goce de protagonismo.

Empezará la semana definitiva de la carrera camino de Palos de la Frontera con otra de esas escasas oportunidades de ver un final al sprint junto con la jornada del día siguiente, también plana como el valle del Guadalquivir por donde rodará la carrera camino de Sevilla. Como sucedía en la semana anterior un descanso necesario para que los favoritos lleguen en plenas facultades a la 18ª etapa donde afrontarán una contrarreloj, totalmente llana, entre el Puerto de Santa María y Jerez de la Frontera, de unos nada desdeñables 32 kilómetros.

De aquí al final de La Vuelta 2026, no habrá tregua. Primero con Estepona como protagonista de una etapa de formato monopuerto que culminará en Peñas Blancas y que es la otra etapa de esta edición que supera los 200 kilómetros. No se tratará de una jornada decisiva pero si de un día para generar un desgaste que seguramente sea decisivo al día siguiente.

Y es que, como viene siendo costumbre, la auténtica etapa reina de La Vuelta volverá a ser la penúltima, esta vez con Sierra Nevada como escenario sin igual y un durísimo trazado en el que se superan los 5.000 metros de desnivel acumulado en un encadenado que incluye el puerto de Blancares, Hazallanas, el durísimo Purche y de nuevo otra vez Hazallanas antes de afrontar el terrible final que supone ascender el Collado del Alguacil, uno de los puertos más duros de la Sierra según dicen los locales, ansiosos desde hace años porque La Vuelta incluyera esta subida inédita.

Y aún tendremos etapa competitiva en la 21ª jornada ya que La Vuelta, a la vista del éxito que supuso el año pasado el final del Tour de Francia con la inclusión del Montmartre, ha querido emular la fórmula con un circuito final que asciende hasta la Alhambra, con el diferencial de que, a buen seguro, ningún hombre rápido se apuntará este último parcial ya que el final se haya ubicado en el último de los ascensos.

Sorprende el cambio de enfoque que ha realizado La Vuelta así como el hecho de prescindir de las carreteras del norte de España en una apuesta arriesgada que podría tener su inconveniente en el calor que a primeros de septiembre aún continúa haciendo por Andalucía. En todo caso, se trata de una edición de La Vuelta que, sin duda, atiende varias de las demandas de los aficionados al ciclismo, cansados de ver llegadas en alto casi cada jornada que apenas aportaban nada.