Qué es el modo ERG y para qué sirve entrenar con él
Los modernos rodillos interactivos ha traído consigo un gran realismo a la hora de montar en bici bajo techo gracias a su ajuste de resistencia electrónico que consigue simular el terreno o el efecto de ir a rueda de otro ciclista modificando la resistencia que ofrece el rodillo en consecuencia. Una característica que también ha servido para implementar el modo ERG con el que realizar entrenamientos por intervalos con la máxima precisión se ha vuelto un juego de niños.

Clava los vatios de tus series en el rodillo gracias al modo ERG
El modo ERG que incorporan los actuales rodillos interactivos, acrónimo de ergómetro, es una de las grandes características con que cuentan estos dispositivos. Tradicionalmente, un ergómetro ciclista era una bicicleta de laboratorio, con un sistema incorporado para poder variar la resistencia de forma automática y precisamente calibrada para registrar la potencia aplicada por el ciclista. Un aparato utilizado comúnmente en las pruebas de esfuerzo incrementales.
El modo ERG de los rodillos precisamente busca reproducir las funciones de los ergómetros tradicionales de forma que se puede establecer un nivel de salida de potencia de forma que, en función de la cadencia a la que pedalea el ciclista, se fija la resistencia para que los vatios generados sean exactamente los buscados.
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Por tanto, gracias al modo ERG, ahora es sencillo poder realizar la clásica prueba de esfuerzo incremental sin salir de casa, claro está, sin el electrocardiograma y la medición de intercambio de gases con que cuentan los laboratorios pero con la que podemos obtener una aproximación bastante precisa de nuestros umbrales cotejando la forma en que las pulsaciones van aumentando con el aumento de la carga.
Sin embargo, la gran utilidad de esta función la encontramos a la hora de realizar entrenamiento de intervalos ya que sirve para no tener que estar preocupados por los vatios que aplicamos sino que basta que nos limitemos a pedalear a la cadencia deseada que el rodillo va a fijar la resistencia para que los vatios que generemos sean los fijados en el objetivo de cada intervalo.

Desde el punto de vista del entrenamiento supone que desde el primer momento de cada intervalo aplicamos los vatios adecuados durante toda la duración del mismo por lo que la precisión del entrenamiento es total. Sin embargo el modo ERG no se lleva del todo bien con intervalos muy cortos, menos de 30 segundos por el tiempo que tarda en adaptarse la resistencia y el cambio de cadencia brusco entre la fase de reposo y los muchos vatios que hay que aplicar en este tipo de intervalos.
No todo es ideal en el uso del ERG. Si bien, como decimos, nos permite clavar las series, en el mundo real hay subidas, bajadas, los vatios oscilan, es decir, utilizando este modo del rodillo el ciclista corre el riesgo de perder esa capacidad de autoconocerse y saber mantener una potencia constante en la carretera, no digamos ya en MTB donde el terreno es aún más variable. Esta es una capacidad que no debemos dejar de prácticar ya que es la que permite ser lo más eficiente posible y sacar el máximo rendimiento al medidor de potencia por lo que no deberíamos abusar del uso del ERG, obviamente, todo dependerá de la cantidad de horas de rodillo y series en el mismo que se hagan. Aquellos que hagan la mayor parte de su trabajo en carretera no tendrán problema alguno.

En cualquier caso, el modo ERG es una opción que tenemos ahí, de hecho, incluso podemos activarlo y desactivarlo incluso dentro de una misma sesión de entrenamiento por lo que ya dependerá de lo que nos toque entrenar y la capacidad de concentración que tengamos ese día para decidir si lo activamos o no. Como explicábamos al inicio, al fin y al cabo no deja de ser una función destinada a facilitarnos el entrenamiento para no tener que preouparnos nada más que de mover las piernas a una cadencia más o menos constante.