Qué son la París-Brest-París, las brevets y las randonées

Carretera 24/08/23 07:00 Sergio P.

El ciclismo de ultradistancia es una modalidad completamente atípica respecto a lo que estamos habituados. Muchas horas sobre la bicis, recorridos interminables y ante todo, disfrutar del camino, sin prisas ni competitividad son la esencia del ciclismo randonneur, que tiene su punto culminante con la celebración cada 4 años de la París-Brest-París.

Descubre una nueva dimensión de la bici a través del ciclismo de ultradistancia

A menudo mirados como bichos raros, los randonneurs son quizás los ciclistas que más se ciñen a la esencia tradicional del ciclismo que se practicaba en los albores de este deporte a finales del siglo XIX comienzos del XX.

Un ciclismo que recoge el espíritu aventurero de estos ciclistas primigenios lo que implica, entre otros aspectos una total autosuficiencia, realizar los recorridos sin ningún tipo de prisa eludiendo cualquier tipo de competición y disfrutando plenamente de los recorridos.

Entre los aficionados a practicar ciclismo de utradistancia podéis escuchar un montón de términos en francés que resultan extraños al común de los ciclistas. La razón es porque el epicentro de esta práctica se centraliza en el Audax Club Parisien, organismo organizador de la París-Brest-París, la prueba más importante de esta modalidad y el cual homologa pruebas por todo el mundo o también denominadas brevets, que sirven para certificar la aptitud del ciclista para participar en la París-Brest-París.

Al ciclismo de ultradistancia también se le suele denominar como ciclismo randonneur como derivado de la palabra francesa randonée que significa excursión o viaje y que también se emplea como sinónimo de las pruebas de ultradistancia también denominadas brevets.

A su vez, el Audax Club Parisien también certifica la realización de estas pruebas, otorgando algunos reconocimientos especiales, que luego explicaremos con mayor detalle, como son super randonneur, randonneur 5000 o randonneur 10000 que se obtienen al ir completando una serie de objetivos.

París-Brest-París: la reina de la ultradistancia

Como os explicábamos, el ciclismo de ultradistancia beben sus fuentes del ciclismo que se practicaba a comienzos del siglo XX y tiene su máxima expresión en la París-Brest-París, un prueba de 1.200 km que une la capital francesa con la ciudad de Brest, el Finisterre francés situado en las costas de Bretaña y que incluye también el regreso a París. En origen era una competición profesional cuando comenzó a realizarse en el año 1891 y que continuó en el calendario hasta el año 1951.

En el año 1931, el Audax Club Parisien comenzó a organizar una versión alternativa de esta prueba destinado a los aficionados a este deporte que quisieran afrontar el reto, pudiendo considerarse el origen del cicloturismo. Una prueba que se disputa cada 4 años y que consiste en recorrer esos mismos 1.200 km de la original en un tiempo máximo de 90 horas. Por cierto, entre los días 20 y 24 de agosto de 2023ha tenido lugar la 20ª edición de la prueba.

Alrededor de esta prueba empieza a construirse todo el universo randonée ya que el Audax Club Parisien establece una serie de pruebas o brevets que ha han de ser realizadas previa a la participación en la París-Brest-París y que sirven para acreditar que el ciclista se encuentra preparado para afrontar el reto que supone realizar 1.200 km. Estos brevets se organizan también fuera de Francia a través de distintos clubs homologados por el Audax Club Parisien.

El desarrollo de la París-Brest-París es muy simple: los ciclistas toman la salida cuando ellos deseen en un rango horario fijado para la organización y van realizando la ruta hacia Brest teniendo que pasar obligatoriamente por una serie de puntos de control en los que deben de sellar el carnet de ruta proporcionado por la organización y que sirve para certificar la realización del recorrido.

En estos controles se establece también un rango de tiempo de apertura, por lo que de poco sirve correr si al llegar al control este aún no se encuentra abierto, lo que sirve para garantizar el desarrollo no competitivo de la prueba que caracteriza al ultraciclismo. Si el tiempo máximo para realizar la Paris-Brest-París son 90 horas, el mínimo en el que se puede recorrer son 43 horas y 32 minutos, lo que significa una velocidad media de 28 km/h

Aunque la autosuficiencia es parte esencial del concepto de estas pruebas, con el paso de las ediciones, la París-Brest-París ha claudicado ante la realidad y ha acabado permitiendo a los ciclistas contar con vehículos de apoyo que deben de ser acreditados y sólo pueden asistir únicamente en un punto de control.

Los brevets clasificatorios

Según iba creciendo la atracción por la París-Brest-París a lo largo de todo el mundo, comenzaron a organizarse brevets clasificatorios en diversos lugares, unas pruebas que deben de contar con la homologación del Audax Club Parisien para ser eventos válidos para la clasificación.

Todo aquel que pretenda participar en la París-Brest-París ha de realizar una serie de brevets durante el mismo año en el que se celebra la prueba. La mera realización de la serie completa de brevets ya implica obtener por parte del Audax Club Parisien el reconocimiento como Super Randonneur.

La serie clasificatoria consiste en realizar al menos un brevet de 200 kilómetros, de 300, de 400 y de 600 kilómetros, lo que implícitamente suponen una preparación para la propia París-Brest-París. Aparte, como extra, algunos clubes organizan brevets de hasta 1.000 km. Unas pruebas que, en cualqueir caso, continúan organizándose en los años en los que no se disputa la París-Brest-París, y que sirven como clasificación para otras randonées como pueden ser la Londres-Edimburgo-Londres, la Boston-Montreal-Boston o la Madrid-Gijón-Madrid que se disputa en España.

Estás pruebas sirven para obtener otro tipos de reconocimiento por parte del Audax Club Parisien como son el Randonneur 5000, para el que hay que realizar la serie de brevets Super Randonneur y añadir la realización de la Flecha Velocio o una prueba equivalente. En nuestro país contamos con la Flecha Ibérica que consiste en que el participante propone un recorrido que ha de ser remitido a la organización para su homologación de, al menos, 360 km de distancia que debe de finalizar en la localidad organizadora y se lleva a cabo en equipos de un mínimo de 3 ciclistas.

El último paso para la obtención del Randonneur 5.000 será participar en las pruebas que sean necesarias para totalizar un mínimo de 5.000 km.

Del mismo modo, el reconocimiento Randonneur 10.000 añade a los requerimientos del anterior la participación en una Super Randonée como puede ser la París-Brest-París y totalizar 10.000 km en pruebas homologadas.

Si quieres adentrarte en el mundo del ciclismo randonneur, seguro que cerca de ti cuentas con algún club que organice este tipo de pruebas que se alejan completamente del espectáculo comercial y concepto plenamente competitivo de las habituales marchas cicloturistas. Podéis consultar el calendario de pruebas que se organizan en España y contactar con los clubes organizadores además de encontrar otra información útil en la web www.randonneurs.es

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