El `Santo Grial´ de las baterías para e-bikes, en unos años todas serán de este tipo

Stromer ha desarrollado la primera batería de cerámica de estado sólido para bicicletas eléctricas. La marca suiza se ha aliado con su socio TD Hitech Energy para lograr este avance que promete cargas más rápidas y aumentar la durabilidad y sostenibilidad. Las dificultades que presenta todavía hoy su producción en serie hace que de momento sea solo conceptual, aunque se espera que esta tecnología acabe llegando en los próximos años.

Stromer golpea el techo de cristal: las baterías de cerámica de estado sólido podrían solucionar los problemas de las actuales

Las baterías eléctricas llevan tiempo dando de qué hablar. La industria de la movilidad -en especial el sector del automóvil- trabaja para hallar un modelo que solucione los inconvenientes de las baterías convencionales, sabedores de que quien encuentre la fórmula mágica tendrá una ventaja considerable respecto a la competencia. En el mundo de las e-Bikes también existe esta carrera. Stromer se ha hecho fuerte y ha presentado la primera batería de cerámica de estado sólido.

Muchos caminos parecen conducir a las baterías de estado sólido. Se calcula que pueden acumular casi el doble de energía que las baterías de iones de litio. Los líquidos o geles de las baterías actuales son uno de los principales responsables de su degradación, y al eliminarlos se producen dos ventajas: la teoría señala que se alargaría su vida útil y se consiguen ejemplares menos propensos a los incendios -algo que ha provocado algún que otro debate-.

Por otro lado, estas baterías necesitan menos cantidad de materiales raros, lo que les da un extra de sostenibilidad en comparación con los modelos que se usan hoy en día.

Stromer ha querido colgarse la medalla de ser la primera marca en desarrollar una batería de este estilo para e-Bikes, en colaboración con TD Hitech Energy, e informan que seguirán trabajando al respecto.

Una de las ventajas más importantes de esta batería de cerámica de estado sólido son los tiempos de carga -que se podrían reducir hasta 10 veces- y que se pueden cargar a temperaturas de -20ºC, aunque la marca espera rebajar esta cota hasta los -30ºC. Además, también podrían ser más ligeras.

Tomi Viiala, co-CEO de Stromer, define esta creación como el "Santo Grial" y añade que "aunque pasarán varios años antes de que esta tecnología pueda emplearse en la producción en serie debido a los elevados costes de producción actuales y a la limitada capacidad de las baterías, encierra un inmenso potencial para el futuro".

El mayor reto es reducir el coste -que sería de unas ocho veces más caro que las de litio- para poder llevar a la práctica esta tecnología a un precio razonable. De momento, Stromer ha aprovechado la celebración de Eurobike para anunciar este gran paso, donde incorporaron esta batería a uno de sus modelos, una ST7.

Pese al entusiasmo que pueda levantar una información así, como reconoce el propio Viiala en la actualidad es imposible llevar a una cadena de producción este tipo de baterías. Stromer afirma que faltan años para ese momento, aunque también pronostican que podría llegar ya en 2025.