¿Un tiro en el pie? Strava retira su demanda contra Garmin, pero su relación estaría seriamente dañada

El enfrentamiento entre Strava y Garmin, que había sacudido al mundo del ciclismo y el deporte conectado durante las últimas semanas, ha dado un giro inesperado. La red social para deportistas ha retirado voluntariamente la demanda por infracción de patentes que interpuso contra Garmin a finales de septiembre, apenas 21 días después de presentarla.

Strava retira su demanda contra Garmin, pero podría haber dado un paso irreconciliable

Según ha publicado DC Rainmaker, ldecisión se hizo oficial el martes 21 de octubre, cuando Strava presentó ante el tribunal de Colorado un escrito de “desestimación voluntaria sin perjuicio”, una fórmula legal que le permite abandonar el caso sin que se dicte sentencia. La compañía no ha ofrecido comentarios públicos, pero los documentos judiciales confirman que Garmin no había llegado a responder formalmente a la demanda antes de que esta se retirara.

La denuncia original acusaba a Garmin de vulnerar dos patentes de Strava: una relacionada con sus mapas de calor y rutas de popularidad, y otra con el sistema de Segmentos que ha hecho tan reconocible a la plataforma. Además, Strava pedía medidas cautelares para detener la venta de los dispositivos que incorporaran dichas funciones, prácticamente toda la gama de relojes y ciclocomputadores Garmin.

Según DC Rainmaker, muchos expertos ya consideraban que la ofensiva legal era “técnica y estratégicamente débil”. La probabilidad de que el tribunal invalidara las patentes o de que Garmin respondiera con una contrademanda se veía como un riesgo alto para Strava.

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Más allá del ámbito legal, la decisión parece una rectificación pragmática. Garmin es, con diferencia, el socio más importante de Strava, tanto por volumen de usuarios como por peso económico: los ciclistas y deportistas que sincronizan sus dispositivos Garmin representan la mayor parte de los suscriptores de pago de la plataforma.

Una hipotética desconexión habría tenido un impacto inmediato y devastador. Como apunta DC Rainmaker, “si Garmin cortara el acceso a su API, Strava desaparecería en cuestión de días”. Por ello, la retirada de la demanda se interpreta como un intento de salvar la relación antes de que la ruptura fuera irreparable. Tampoco podemos olivar que Strava está ultimando su salida a bolsa y un tema así podría haberlo condicionado.

En los últimos días, Strava ya había suavizado su discurso público. Primero anunció que cumpliría las nuevas normas de la API de Garmin, incluyendo la atribución de marca en actividades y gráficos, y luego envió un mensaje de calma a sus usuarios asegurando que mantener la conexión activa era su “máxima prioridad”.

Aunque el conflicto judicial queda cerrado, el episodio ha dejado profundas cicatrices. Strava y Garmin mantenían una colaboración de más de 15 años, y fuentes citadas por DC Rainmaker afirman que la relación ha quedado “seriamente dañada”. De hecho, en las últimas semanas Garmin ha reforzado acuerdos con plataformas competidoras como Komoot, lo que podría traducirse en un reposicionamiento de alianzas dentro del ecosistema digital del ciclismo.

El caso ha servido también para cuestionar el rumbo estratégico de Strava, que se prepara para salir a bolsa en 2026. Algunos analistas interpretan la demanda como un intento de demostrar valor tecnológico ante los inversores, evidenciando su cartera de patentes. Pero la maniobra ha tenido el efecto contrario: ha generado incertidumbre sobre la gestión de su equipo directivo y ha tensionado su relación con su mayor socio comercial.

Por ahora, ni Strava ni Garmin han emitido comunicados conjuntos. Tampoco hay señales de que la colaboración vaya a romperse de inmediato, pero la confianza parece haber quedado tocada.

La única certeza es que los usuarios podrán seguir sincronizando sus actividades sin interrupciones, algo que Strava ha reiterado como prioridad. Sin embargo, el episodio deja una lección clara: en un ecosistema tan interconectado, una guerra entre socios estratégicos puede convertirse en un suicidio empresarial.