2016: el año de la confirmación de Landani

Carretera 06/04/16 14:14 Berto Gallego

Mikel Landa Meana (Murguía, Zuia, Álava, 13 de diciembre de 1989) o como algunos ya le llaman, "Landani", en recuerdo del mejor escalador puro de los últimos 20 años, Marco Pantani, exhibió su poderío en la escalada al muro Garrastatxu, una subida de solo 2,8 kilómetros pero con rampas que se mantienen constantemente en los dos dígitos.

Pocos contaban con él para vencer, sin apenas días de competición, a un pelotón repleto de capos del nivel de Nairo Quintana, Alberto Contador, Purito Rodríguez o Thibaut Pinot que se encuentran en su pico de forma primaveral, antes del parón previo a afrontar en julio el Tour de Francia. Sin embargo, la realidad fue tozuda y nos mostró a un sorprendente Mikel Landa, al que ninguno de esos líderes pudo coger rueda. Mikel llegó a meta confiado tras soltar de rueda a Wilco Kelderman, y tras ajustarse el maillot levantó los brazos al aire en su casa ante el éxtasis del público presente.

El punto de inflexión de Mikel Landa

Alberto Contador, al que todos miraban, se quedó paralizado en una escena que recordó al pasado Giro de Italia, cuando en Finestre el vasco puso la prueba italiana patas arriba. Hace casi un año de aquello, de la presentación de Mikel ante el gran público, de las tres semanas en las que pasó a ser Landani. Fue una escena cíclica en el ciclismo, que recordó a la del jovencísimo Jan Ullrich con más motor que un Bjarne Riis que era el elegido por su equipo para ganar aquel Tour de Francia de 1996, o a la de Chris Froome avanzando para dejar claro que tenía piernas para dejar atrás a su líder, Bradley Wiggins, en el del año 2012.

En esta ocasión el dúo lo formaban el citado Landa y Fabio Aru, la joven promesa transalpina que corría en casa, ante su público y con el apoyo de toda la estructura del equipo, desde el director a unos compañeros fieles al italiano. El alavés acabó tercero aquel Giro, pero lo hizo tras mostrar a todo el que quisiera verlo que nadie, ni los dos primeros clasificados, podían seguir su ritmo cuesta arriba.

Aquellos días tomó la determinación de marcharse a donde le diesen la oportunidad de asaltar el primer escalón de la Corsa Rosa. De no tener que subyugarse nunca más a nadie sobre la bicicleta, porque no había nadie más fuerte que élFirmó por el Team Sky, que ha puesto a su disposición la estructura más potente del ciclismo mundial para ello. Para que un joven que siempre apuntó a estrella pero que nunca se tomó la bicicleta como más que un divertimento comience a escribir su historia como líder.

Ayer en Garrastatxu Landani nos sorprendió a todos. Quizá debamos empezar a pensar que no tiene límites, y que por tanto ninguna de sus victorias debería sorprender cuando se van a convertir en rutina.

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