Así quedaron las zapatillas de Van der Poel y alguien se llevó el BOA de recuerdo

La caída que sufrió Mathieu Van der Poel a 16 kilómetros de meta pudo hacer saltar por los aires una victoria que ya acariciaba con los dedos. Uno de los cierres BOA de la zapatilla se rompió, aunque para fortuna del neerlandés el diseño en una sola pieza de la parte superior le permitió seguir pedaleando. Ahora se ha conocido que la cala también se rompió. Ahora, el dueño de ese BOA es un aficionado, que fue el más rápido en coger este pedacito de historia del ciclismo.

La zapatilla de Van der Poel: crónica de un suceso que pudo convertir el sueño en pesadilla

La victoria de Van der Poel en el Campeonato del Mundo quedó grabada a fuego en la retina de todos los aficionados. La carrera estuvo a la altura de la lista de estrellas que presentaba y los ataques se sucedieron sin descanso. El neerlandés acabó además con los 35 años de sequía de Países Bajos. Sin embargo, la ya famosa caída que sufrió cuando cabalgaba en solitario pudo costarle la victoria.

La historia quiso que Van der Poel se fuera al suelo. El asfalto, delicado por la lluvia, no aceptaba errores. Ni tan siquiera concedió ese permiso al pentacampeón del mundo de ciclocross -acostumbrado a lidiar con peores terrenos-, habilidoso como pocos con la bici, en un lugar donde él mismo reveló tras la carrera que no estaba arriesgando.

La bici salió intacta del incidente y las magulladuras del corredor tampoco iban a impedir que se montase de nuevo a dar pedales sin apenas perder tiempo. Pero los ojos de medio mundo pronto se clavaron en la zapatilla derecha: uno de los BOA estaba roto. Tras unos segundos de análisis -y cuando el circuito de Glasgow dejó respirarle un poco-, Mathieu lo arrancó cuando pasaba por meta por última vez antes de la llegada final.

Su proveedor personal de Shimano, Joost Hoetelmans, en declaraciones al medio neerlandés Wielerflits, se mostró contento al saber que la zapatilla no elevó la caída a la categoría de catástrofe: "Hemos tenido mucha suerte con eso, y tengo que reconocer el mérito de nuestros constructores japoneses: esa zapatilla está hecha de una sola pieza en la parte superior -solo se fija con una cazoleta entera-, de modo que incluso con un BOA se puede seguir pedaleando con ciertos vatios".

Además del BOA -que quedó como souvenir para uno de los muchos aficionados que abarrotaron las calles de la ciudad más poblada de Escocia-, hubo que sumar la cala, que también se rompió, como se aprecia en la imagen de abajo. "Yo mismo todavía no sé lo que pasó", dijo el Campeón del Mundo al bajarse de la bici.

La zapatilla forma ya parte de la historia de este deporte. Hoetelmans asegura que Van der Poel tiene poco apego a este tipo de simbolismos: "Para ser sincero, creo que esas ya han acabado en el cubo de la basura", "no sabría decir quién tiene ahora algo que ver con ellas. Por lo que conozco a Mathieu, él no valora aquí si ese zapato está roto y si ganó con él. Si esos zapatos están rotos, están rotos".

Aun así, algunas informaciones apuntan a que las zapatillas todavía estarían en poder del neerlandés.

Por su parte, Hoetelmans explica que no han pensando en convertirla en una pieza de museo, aunque reconoce que la idea es interesante si Van der Poel rechaza hacerlo él mismo. Shimano podría aprovechar la ocasión y exprimir al departamento de marketing para que pensase la mejor manera de rentabilizar una zapatilla que ha aparecido en muchos telediarios del planeta.

Con el arcoíris en el pecho, Hoetelmans informa que quizás el gigante japonés prepare un diseño especial para el Campeón del Mundo. Aunque asegura que es básico a la hora de elegir los colores y la combinación zapatillas-calcetines, ya tienen un modelo preparado para la temporada de ciclocross, aunque primero tendrá que pasar el control del propio corredor.