Qué le sucede a tu cuerpo durante un sprint

El sprint es uno de los esfuerzos ciclistas de mayor intensidad. Tan al límite ponemos nuestro cuerpo que inmediatamente el organismo reacciona de diversas maneras. En este artículo te vamos a contar qué pasa en nuestro interior cuando pateamos con furia los pedales en pos de la victoria final.

Según afirma el fisiólogo del ejercicio Paul Laursen, en declaraciones al medio Bicycling, "sprintar requiere de un alto grado de esfuerzo, y conlleva fatiga y malestar agudo. Lo bueno es que si se hace sigueindo un método adecuado, con el período de recuperación necesario entre series, se convierte en un método muy eficiente para mejorar nuestra resistencia en rendimientos de alta intensidad". El especialista afirma, de hecho, que pueden verse mejoras muy evidentes en solo 3 o 4 semanas de entrenamiento específico. 

Las reacciones de nuestro cuerpo a un sprint

El ritmo cardíaco se eleva

Durante un sprint tu ritmo cardíaco se eleva, así como la presión arterial sistólica. Al finalizar el esfuerzo, ambas disminuyen de maner constante y relativamente rápida. Así, si nuestros descansos son de solo 30 segundos o 1 minuto entre cada esfuerzo, nuestra resistencia en alta intensidad mejorará paulatinamente. 

Construyes músculo

El sprint, lo dicen todos los estudios al respecto, aumenta los niveles de testostenora y estimula la creación de proteínas musculares, favoreciendo la creación de músculo y dismunuyendo el envejecimiento celular. 

Se estimula la creación de mitocondrias

Un sprint es a su vez un mensaje cristalino a nuestro cerebro: necesito energía, mucha y rápido, por favor. Así, nuestro amigo no duda y pone en marcha la biogénesis mitocondrial: la creación de mitocondrias en nuestras células musculares. Esto significa, a grandes rasgos, más enegía a nuestra disposición. 

Quemas grasa

Sí, no solo los esfuerzos prolongados queman grasas. De hecho, lo más indicado es introducir esfuerzos explosivos en medio de ejercicios aeróbicos. Está demostrado: los que lo hacen logran un porcentaje de oxidación de las grasas de un 75% mayor que los  que se limitan al esfuerzo de baja intensidad.