Con esta bici se ganó el primer Tour de Francia de la historia: marca, montaje y peso
Corría el año 1903. El mundo era muy distinto del actual. Los coches (y las bicis con forma moderna) tenían menos de 20 años de historia, y la radio, como tal, no existiría hasta dentro de 3 más. Ni hablemos, por tanto, de televisión e internet. Pero el ciclismo se había convertido en un auténtico fenómeno de masas, con las primeras carreras serias, como la Lieja, la París-Roubaix o la París-Tours. En ese ambiente, Maurice Garin y otros 60 héroes tomaron la salida en la carrera más dura imaginable. ¿Quieres saber con qué bici se ganó el primer Tour de Francia de la historia? Aquí te contamos sus asombrosos números.
Una gravel fixie sin frenos: la primera bici en ganar un Tour de Francia
En estos más de 100 años de historia del ciclismo, la mecánica ha avanzado mucho. Quizá te hayas preguntado cómo eran exactamente aquellas bicicletas con las que los pioneros se enfrentaban a las terribles condiciones de las carreteras de principios de siglo. Pues, aunque parece que hoy no se conserva aquella pieza histórica con la que corrió el primer vencedor del Tour (la imagen moderna que ves aquí es de una réplica), sabemos bastante ella.
Como el resto de los ciclistas del 'top 5', Garin corría con una bici fabricada en acero por la marca La Française, que más tarde se llamaría La Française Diamant, y desaparecería en los años 50. Ellos eran también los que le esponsorizaban, de hecho. Aquel equipo era en la época un auténtico dominador (el Sky de Froome, pero 110 años antes), teniendo en nómina a los mejores ciclistas.
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La máquina en cuestión pesaba 18 kg (más que algunas e-bikes de hoy día), pero quizá lo que a nosotros nos llame más la atención sea que todavía no contaba ni con cambio (empezarían a emplearse en los años 30) ni con frenos. Si el ciclista necesitaba detenerse debía pedalear hacia atrás y... eventualmente, echar pie a tierra. Por otra parte, el único desarrollo que llevaba era un 56x20, con el que avanzaba 6,16 metros por pedalada.
No obstante, con aquella 'bestia', Maurice Garin, que era el principal favorito, se impuso en una carrera completamente infernal. Tenía solo 6 etapas, sí, pero la mayoría pasaba de los 400 km. Se salía un día y se llegaba al siguiente; si bien, por fortuna, había 2-3 días de descanso entre ellas. Además, las 'carreteras' eran de tierra, más parecidas a los caminos donde hoy se disputan las pruebas de gravel.
Y, con todo eso, aquel hombre completó los 2.428 km del trazado (pocos menos que los 3.405 km de la edición de 2023) con una media de... ¡25,679 km/h! De hecho, dominó de principio a fin, ganando la primera etapa y las dos últimas, y sin perder el liderato ni un día. El segundo clasificado, Lucien Pothier, quedó a casi 3 horas de su marca, y el tercero, a casi 4 horas y media.
¿Quién era Maurice Garin?
Apodado 'el pequeño deshollinador', el primer ganador del Tour de Francia (no el primer maillot amarillo, porque ese no se inventó hasta años después) había nacido en 1871 en el Valle de Aosta y, por tanto, era en realidad italiano. Aunque, eso sí, de una zona donde se habla como idioma materno el francés. Quizá por eso, su familia emigró al país galo cuando él era adolescente.
Garin era sobre todo un hombre del pueblo en una época en que el ciclismo resultaba todavía, hasta cierto punto, elitista. Trabajó efectivamente de deshollinador, y en 1889, a los 18 años, se compró su primera bicicleta por 405 francos, que era el sueldo de 2 meses para aquella época. Cuentan que sus vecinos le llamaban 'le fou', el loco, por lo rápido que iba.
En 1891 empezó a disputar carreras, y pronto dejó ver su enorme clase. En 1894 quedó 4º en la Lieja-Bastogne-Lieja, entró en el podio de la primera Roubaix, y ganó las dos siguientes (una, al sprint; la otra, por casi media hora).
En 1901, el mismo año que venció la París-Brest, se nacionalizó francés. Sí, solo entonces. Y, en 1903, a los 32 años, se convirtió en la primera persona en inscribir su nombre en el palmarés del Tour (solo 21 de los 60 participantes lo terminaron). Con los más de 6.000 francos que recibió de premio total, se compró una gasolinera en Lens, en la que trabajaría (además de en su taller de bicis) después de retirarse.
Su historia, sin embargo, tiene un final agridulce. En 1904 se presentó en la línea de salida dispuesto a defender su título. Y lo consiguió. Volvió a arrasar en aquella edición, a pesar de los continuos altercados que tuvieron lugar porque los aficionados de ciertos corredores locales atacaban a los demás con palos y piedras, y dejaban clavos en la carretera.
Pero, entonces, llegó el primer escándalo de la historia del Tour. Los cuatro primeros clasificados fueron desposeídos por, supuestamente, utilizar coches para cubrir parte del recorrido, y el título pasa al quinto, el joven Henri Cornet. A Garin se le impuso una sanción de 2 años sin competir, y en ese momento decidió retirarse del ciclismo profesional. Nunca sabremos si aquello fue justo o no, aunque él siempre defendió su inocencia. Lo que está claro es que, por encima de cualquier consideración deportiva, aquellos hombres que recorrían distancias imposibles tirando con sus piernas de 'maquinaria pesada' eran auténticos titanes.