Titanio, acero, grafeno, aluminio o carbono ¿por qué sigue habiendo bicis tan diferentes?

Será por debates, incluso el debate sobre qué material para fabricar una bicicleta es mejor, es más rígido, más flexible, más ligero, más resistente, más duradero, más versátil, más moldeable, más caro o más barato, más conveniente o menos. Por eso hay bicicletas de titanio, bicicletas de acero, bicicletas de grafeno, bicicletas de aluminio y bicicletas de carbono, y ¿cuál de todas ellas es mejor? ¿Por qué se siguen fabricando bicis de todos estos materiales y no se impone ninguno en concreto?

De la bicicleta de acero a la bicicleta de carbono: una larga lista de materiales

Son muchos y muy distintos. Y de ahí las dudas de su persistencia, de su espacio en el mercado, de la posibilidad de tener ventas. Porque si existen, es que tienen su rango de mercado.

Y la cuestión es saber por qué. La respuesta general es sencilla: porque cada una de ellas tiene unas características distintas, y puede que estas características se adapten mejor o peor a un determinado uso.

Las bicicletas de titanio, por ejemplo, presentan grandes propiedades. Es un excelente material, con altísima resistencia y una densidad bastante baja.

Pero además, es un material muy pero que muy duradero frente a la corrosión de factores externos. Esa mezcla de peso más que aceptable y durabilidad hacen que las bicicletas de titanio sean óptimas para objetivos longevos, exigentes y expuestos pero de largo recorrido. Suelen ser bicis de autor, y eso también le da un toque exótico.

Las bicicletas de acero tienen un punto muy a su favor: pueden repararse con una sencilla máquina de soldar.

Sí, parece una nimiedad pero no lo es cuando te averías en mitad de un desierto y en el pueblo más cercano lo poco que tienen son soldadores de metal caseros útiles sólo para el acero. Entonces agradeces tener una bicicleta de acero, y por este motivo se usan para grandes marchas, retos de miles de kilómetros o por lugares recónditos. Pesan algo más, eso sí.

Las bicicletas de grafeno son hoy solamente bocetos, proyectos, pero si cuajan pueden convertirse en un material que verdaderamente pueda competir con el carbono, que hoy por hoy es insuperable en la fabricación de cuadros.

El grafeno es más duro y resistente que el acero, pero más ligero que el papel. Así que podría convertirse en el material del pelotón de carretera y  mountain bike. Eso sí, la tecnología para producirlo es costosa y bastante innovadora, por lo que repararlas es muy complicado. Está por ver la implantación de las bicicletas de grafeno, pero promete.

Las bicicletas de aluminio fueron durante muchos años las más demandados. Su extremada ligereza fue determinante para la implantación en las bicis profesionales, pero sí que es verdad que de la mano de esa ligereza, las bicicletas de aluminio llevan también su debilidad ante impactos, esfuerzos muy bruscos o torsión.

Siguen viéndose muchas y los fabricantes lo usan para los rangos bajos de sus gamas, por su bajo coste. Ese, el bajo coste, es quizá su punto a favor más notable comparada con el resto de esta lista.

Las bicicletas de carbono… ¿qué decir de las bicis de carbono? Hoy por hoy suponen aproximadamente el 70% de las bicis y el 99% de las gamas altas de las grandes marcas.

Su alta resistencia, su torsión de gran respuesta y su bajísimo peso han hecho del carbono el material del ciclismo. Ya no sólo los cuadros se fabrican en carbono, sino casi todos los componentes de una bicicleta. Sigue siendo un poco caro, pero su calidad y versatilidad le han valido el oro de momento.

Bicicletas de distintos materiales: depende del uso

En resumen, como hemos podido ver, cada material tiene uno varios puntos fuertes y uno o varios puntos débiles. Y ahí reside la razón por la que hoy en día se siguen fabricando bicicletas de titanio, bicicletas de acero, bicicletas de aluminio, bicicletas de carbono y se van a fabricar en años venideros bicicletas de grafeno: porque cada usuario necesita una cosa distinta. Por haber incluso hay bicicletas fabricadas en materiales biodegradables, como el bambú o los palitos de helados.

Por supuesto, desbancar al carbono va a ser harto complicado, pues goza de buena salud y de una tecnología de fabricación con este carbono ya muy trabajada, muy desarrolla por parte del sector. Desarrollar una tecnología en otro material al nivel que hoy tiene el carbono llevará años.

Así que el carbono se impone cuantitativamente, pero para gustos colores, y para necesidades materiales para un cuadro ciclista.