Causas y soluciones a los pies dormidos sobre la bici

Carretera 24/10/23 10:55 Carles Martín

El entumecimiento de los pies afecta a muchos ciclistas. Se trata de una sensación molesta que algunos padecen con frecuencia y que puede fastidiar nuestra experiencia sobre la bici. Entender las causas y conocer las soluciones nos ayudará a resolver este problema, evitarnos un mal rato o sufrir consecuencias mayores.

Pies dormidos sobre la bici: guía para saber por qué ocurre y cómo solucionarlo

Los ciclistas -como cualquiera que practique otro deporte- están expuestos a sufrir lesiones o molestias. Uno de los infortunios habituales en muchos de los que salen a pedalear es padecer el entumecimiento de los pies, una desagradable sensacón de pérdida de sensibilidad que puede arruinar una salida en bici. Estamos ante un mal que afecta sobre todo a ciclistas aficionados, aunque en la mayoría de ocasiones puede tener solución.

En el mejor de los casos, el mal de los pies dormidos puede desaparecer simplemente moviendo los pies, aunque algunas veces el hormigueo perdura durante todo el recorrido o, incluso, después de aparcar la bici y cambiarnos de calzado.

Los pies dormidos se pueden originar por tres causas diferentes: compresión de los nervios, restricción de la circulación o bajas temperaturas.

En cuanto al primer grupo de causas, la compresión de los nervios puede ser consecuencia de una mala colocación de las calas, un apoyo incorrecto del arco del pie, unas zapatillas demasiado apretadas o una anchura inadecuada de los pedales. El origen también podría estar en los tornillos de las calas demasiado largos en relación al grosor de la zapatilla, según apunta el Senior Program Manager de Specialized Bicycle Components, Scott Holz.

La mala postura es otra de las causantes del entumecimiento de los pies. De este modo, una parte de los casos de pies dormidos se originan por el pinzamiento de los nervios de la zona lumbar y la pelvis.

Aunque el entumecimiento no nos impida seguir pedaleando, debemos prestar atención a las señales para evitar que se produzcan consecuencias duraderas. Si se deja pasar el problema, el ciclista puede desarrollar neuroma de Morton; es decir, un incremento del tejido alrededor de uno de los nervios de los pies, que el cuerpo trata de proteger de la compresión.

La sangre debe fluir de manera correcta. De este modo, unas zapatillas demasiado estrechas o mal ajustadas pueden estar detrás de esta molestia. Conviene probar las zapatillas antes de comprarlas porque suelen fabricarse de materiales poco flexibles; deberían ir bien desde el principio, ya que apenas se darán de sí. Pedalear con otro calzado nos ayudará a saber si estas eran quienes nos causaban el problema.

Por último, el frío puede causar entumecimiento de los pies; de hecho, suelen ser los primeros afectados cuando el termómetro marca temperaturas bajas.

Soluciones para los pies dormidos sobre la bici

El primer paso, como es natural, es mover los dedos. Si esto no resuelve el problema, se puede intentar aflojar el calzado para ayudar a la circulación -en especial cuando hace calor- o parar para masajear los pies. Más allá de estas soluciones express que podemos realizar en plena ruta, es necesario trabajar el problema una vez que bajemos de la bici.

En primer lugar, hay que examinar las zapatillas. Los dedos necesitan cierto espacio para moverse y compensar la hinchazón; el ciclista no debe notar que las zapatillas ejerzan presión sobre los pies. De ahí la importancia de hacer una rápida comprobación antes de comprarlas: en la tienda -es decir, en reposo- se deben poder mover, deslizar hacia delante y se debe poder andar sin notar presión. 

En segundo lugar, se pueden comprar plantillas que permitan que el arco del pie adopte una posición correcta. Además, estas evitarán el hundimiento y distribuirán la presión. En este caso es necesario la visita a un profesional, ya que es importante saber si esta va a ser realmente una solución, así como es también fundamental que un especialista analice y escoja la plantilla adecuada para cada ciclista.

Finalmente, otra opción puede ser buscar un ajuste profesional de la bici, ya que una mala posición del sillín o una diferencia en la longitud de las piernas también pueden originar los pies dormidos.

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