Consejos para intentar mejorar tu sprint
De todas las pruebas en las que participarás a lo largo de tu vida ciclista, prácticamente el 80% se dirimirán al sprint. ¿No va siendo hora de mejorarlo?
Mejorar tu sprint: el gran olvidado
Hay distintos tipos de ciclistas y hay perfiles puros para ganar al sprint. Sin embargo, la gran mayoría de carreras de un día o las etapas de las carreras de varias jornadas se dirimen al sprint. Y a ese sprint pueden llegar todos, el pelotón, con sus especialistas, o una escapada. Sea como sea, si quieres tener alguna opción de vencer, necesitas mejorar tu sprint. Pero, ¿cómo hacerlo?
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Sí, no es nada fácil. Y sí, tampoco puedes ser un especialista en todo, a menos que seas Van Aert. Pero ciclistas así hay uno entre un millón. Por supuesto, los grandes velocistas tienen unas características físicas muy particulares, resumidas en que tienen más masa fibrilar de tipo 2, que es un tipo que funciona incluso de manera anaeróbica para crear energía pero que se agotan más fácilmente que las de tipo 1, más resistentes. Así que si tu genética no te ha hecho sprinter, tu baza es mejorar al sprint para entender cómo funciona y afrontarlo con ciertas garantías de victoria. Si quieres ver los mejores 7 sprint de la Copa del Mundo MTB, ahí los tienes.
La delgada línea que separa la victoria de la derrota se llama sprint. Y por eso, hemos preparado estos consejos para que puedas mejorar tu sprint y puedas mejorar, de este modo, como ciclista.
8 consejos para mejorar tu sprint
Entrena fuerza y explosividad
Y hazlo a última hora de tu entrenamiento. Sí, si quieres mejorar en algo, debes entrenarlo. Así que no olvides incluir en tus rutinas de entrenamiento simulaciones de sprint real. Para ello, entrena series de fuerza a lo largo de algunas sesiones y explosividad en otras. Un detalle importante: de nada vale meter más de 1200 vatios en un entrenamiento puntual, porque la realidad en carrera es que llevarás varias horas a un ritmo muy alto. Así que planifica tus simulaciones de sprint también al final del entrenamiento.
Práctica cadencias absurdas
Sí, pueden parecer absurdas, pero no lo son para nada. En un sprint llega el momento en el que tu cadencia va sin cadena, va loca, va a todo lo que tus piernas puedan dar. Por eso, es importante saber coordinar cuerpo y cadencia a esa intensidad, a esa velocidad. Para ello, también es importante practicar cadencias muy ligeras con tal de que tus piernas sepan acompasarse llegado el momento y no pierdan un ápice de entrega.
Cuida tu posición frente al aire
En un sprint tan importante es meter potencia como no perderla. Y la mejor forma de no perder potencia es saber enfrentarse al viento que viene de frente. Para ello, la posición sobre la bicicleta, tan echado adelante, no es sólo por la virulencia con la que bailas con la bicicleta, a la que sometes el manillar. También es una cuestión aerodinámica. Así que practica esa posición porque una milésima puede valer un oro.
Practica el juego de desarrollo
Es quizá de los puntos más fundamentales. De nada sirve todo lo demás si no sabes colocar en cada momento el desarrollo idóneo. Es como cambiar de marchas en un coche o una moto: si lo haces demasiado pronto, el vehículo se ahoga; si lo haces tarde, habrás estado un rato dando pedales sin producir demasiado. Por eso, es fundamental que controles el momento de hacer esos cambios, y eso también se entrena. Practica y conoce muy bien esta herramienta.
Aprende a colocarte en el grupo
Hay otra serie de consejos que suelen marcar la diferencia y que no tienen que ver tanto con el poderío de tus piernas. En primer lugar, aprende a colocarte en el grupo. Muchos ciclistas, favoritos al sprint, lo pierden por no saber colocarse. Hay que pelear el sitio, incluso cuerpear, porque todos buscan la mejor posición para los últimos metros. Un consejo si no tienes ni idea de qué hacer: tómale la matrícula a uno de los favoritos y no te dejes pasar bajo ningún concepto.
Aprende a leer lo que tienes delante
Es importantísimo tirar la vista adelante y adivinar los movimientos de los ciclistas que ves. Porque de tu viraje, de tu movimiento entre ellos, puede depender tu victoria. Lee lo que ves, adivina lo que vendrá y adelántate a ello. Es una ciencia saber mirar adelante y trazar tu trayectoria hasta meta.
Mide tu distancia
Esto también es fundamental. Aunque no seas sprinter puedes verte disputándote un final de etapa con otros compañeros que tampoco lo son. Y debes saber algo: tu distancia. Llamamos distancia a los metros que eres capaz de soportar metiendo tu máximo de vatios. Y esto, nuevamente, también se entrena. Porque en los entrenamientos puedes medir muy bien esa distancia. Y conociéndola, sabes cuándo atacar si nadie lo ha hecho. Si eres capaz de aguantar 150 metros al máximo nivel, por ejemplo, esa es la distancia a la que debes atacar. Ganarás o no, pero no será porque no sabes cómo funcionas y cuánto soportas esos 1000 y pico vatios.
Calcula cuándo tirar tu bici
A veces, ganar un sprint es un suspiro. Por eso, justo unos metros antes de cruzar la meta muchos ciclistas lanzan su bici. Esto significa que se ahorran la última pedalada a cambio de estirar todo su cuerpo para adelantar su bici al máximo. Y ese gesto da victorias. Así que entrénalo, aprende a tirar tu bici y cuándo hacerlo.
Estos son algunos consejos para mejorar tu sprint. ¿Se te ocurre alguno más? ¿Practicas alguno? ¿Algún otro te ha servido para ganar alguna vez?