Por qué y cuándo deberías rodar fuera del sillín
Sí, el sillín de la bicicleta está para sentarse. Pero eso no significa que siempre tengas que ir sentado.
Rodar fuera del sillín: más potencia sobre la bici
Da igual que uses una mountain bike o una bicicleta de carreteras, porque hay momentos en los que levantarse, ponerse de pie sobre la bici, supone una diferencia abismal. Aquí, lo importante, es saber cuándo hacerlo, por qué, y cómo hacerlo correctamente.
Si eres un novato, te costará encontrarle el efecto, el momento y la forma adecuados para hacerlo. Pero el manillar sobre todo de una bicicleta de carretera no tiene esa forma por gusto o antojo de un diseñador.
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Porque ponerte de pie, como normalmente se le llama a esta posición sobre la bicicleta, supone un cambio en la cadencia pero sobre todo en la potencia que imprimes en la pedalada. Para muestra, un botón: fíjate en los esprinters o en las salidas de ciclocross o mountain bike. Los ciclistas van de pie porque necesitan meter toda la potencia posible en esos momentos puntuales de carrera.
Cuándo rodar fuera del sillín y ponerte de pie en la bici
Seguro que verás imágenes que te impactarán. Escaladores que suben puertos de primera categoría sentados en el sillín; rodadores que se levantan de la bici al más mínimo repecho. Cada cual tiene su técnica, pero por lo general hay situaciones en las que ponerse de pie es casi una obligación.
Ponerse de pie no supone usar el propio peso del cuerpo para dejarlo caer como una columna en las bielas de tu bicicleta o mountain bike, como comúnmente se ha dicho. De hecho, levantar ese peso un par de veces por segundo es una rémora. Por eso, céntrate en no mover tu cuerpo arriba y abajo, sino dejar caer tus piernas siempre por debajo de la pelvis.
Por eso, es lo más común cuando el camino se pone cuesta arriba. Es una ventaja mecánica y también energética: ahorras consumo de energía, aunque pueda parecer lo opuesto. De hecho, no es una cuestión de peso, como decimos, porque si miras a los ciclistas que más se ponen de pie, los escaladores, son precisamente los más ligeros.
Es una generalidad, porque en ciclistas de gran embergadura suele ocurrir lo opuesto, algo que suplen por la gran potencia puntual que son capaces de imprimir.
Una vez que te pongas de pie en la bici, tu misión es jugar con tus pesos pero también con su balanceo para mejorar la eficiencia en la pedalada. Por eso úsalo solamente para un sprint o para una subida, y hazlo de forma eficiente, cuidando tu equilibrio, porque pierdes más energía que sentado (a no ser que hablemos de estar sentado en la oficina).
Y un último consejo a la hora de ponerte de pie en la bici: si es para largo tiempo, si la subida es larga, altera solamente tu posición corporal. El mejor ejemplo de esto fue Marco Pantani, que se agarraba a la parte baja del manillar mientras pedaleaba de pie, de forma que se quedaba tumbado prácticamente sobre el cuadro. De esta forma, usas otros músculos, en este caso más los isquiotibiales, y echado hacia delante, propulsas con las rodillas en diagonal, así que puedes aumentar la cadencia. Eso sí, es más incómodo.