Componentes fabricados por "nuevos esclavos": investigan a un proveedor de Shimano por explotación laboral
Continúan los reveses para Shimano en un 2023 negro en el que ha tenido que afrontar el recall millonario de miles de bielas de carretera, en el que sus ventas respecto a años anteriores se han resentido y el hackeo de sus sistemas informáticos. Ahora, un artículo publicado en el diario británico The Telegraph acusa a uno de sus proveedores en Malasia de utilizar trabajadores en condiciones de semiesclavitud.
Las condiciones laborales en las fábricas de Shimano en el punto de mira
El annus horribilis de Shimano parece no tener fin. Esta vez son las condiciones laborales de los trabajadores de sus fábricas las que están en entredicho tras una publicación del diario The Telegraph en la que acusa a uno de los proveedores malayos del gigante japonés, la firrma Kwang Li Industry, de abusos laborales sobre sus trabajadores, la mayoría de ellos, inmigrantes de origen nepalí.
Según informa el medio británico, tras la investigación realizada llevando a cabo entrevistas con trabajadores de dicha empresa y contando con datos como nóminas o correo de la empresa con la embajada de Nepal, han tenido conocimiento de que los empleados habían sido objeto de abusos físicos y amenazas, reducciones salariales, contrataciones por debajo del salario mínimo.
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No es tampoco una sorpresa si tenemos en cuenta que Malasia ya cuenta con un buen historial de recurrir a inmigrantes con salarios bajos para surtir sus fábricas. El modus operandi habitual suele pasar por agentes que contratan a trabajadores, de algunos de los países más pobres del mundo como Nepal o Bangladesh prometiéndoles buenos trabajos y salarios. Sin embargo, al llegar a Malasia muchos de estos trabajadores son despojados de su pasaporte y acaban trabajando por salarios de miseria, sin posibilidad de regresar a su país y viviendo en condiciones precarias en los alojamientos facilitados por las empresas.
Aparte, según el convenio de contratación entre Nepal y la empresa esta debería hacer pago a la agencia de los gastos de contratación, reconocimiento médico, billetes de avión, etc. Sin embargo, los trabajadores entrevistados por el diario indicaban que eran ellos los que habían tenido que asumir esos gastos.
Por supuesto, desde Kwang Li Industry han negado las acusaciones, señalando que habían cumplido plenamente con la legislación laboral de Malasia. Sin embargo, los trabajadores relatan casos de suspensiones de 15 días por no cumplir con los objetivos, amenaza de deportación o tras la caída de demanda después del boom de la pandemia, reducciones unilaterales del salario e incluso hablan de agresiones físicas por parte de los responsables por cometer algún error.
Por su parte, desde Shimano únicamente han anunciado la apertura de una investigación buscando poner remedio a esta situación lo más pronto posible.