Deportiva y eléctrica, así es la Ridley E-ASTR, la nueva e-gravel de la marca belga
En el mundo de la carretera y del gravel aún se asocia e-bike con modelos de corte cicloturista y rutero para esas personas que o no cuentan con el físico adecuado o no tienen mayores pretensiones que pasar una buena mañana de pedaleo. Ridley rompe con esta imagen de las bicicletas eléctricas con la segunda generación de su e-gravel, la E-ASTR, una bici de prestaciones premium con ese extra que concede una asistencia eléctrica justa para hacer tus recorridos mucho más divertidos.
Exprímete y disfruta al máximo con la nueva Ridley E-ASTR
Tan sólo un año después de lanzar al mercado su bicicleta de gravel deportiva ASTR RS, Ridley toma esta como inspiración para crear una e-gravel con similares características en cuanto a rendimiento y conducción, cualidades a las que poder sacar mucho más partido gracias a la asistencia eléctrica que proporciona el ligerísimo motor TQ HPR40.
Una elección que no es casual ya que, precisamente, la sutil y natural asistencia que proporciona este motor, su ligereza y un tamaño tan reducido que obliga a fijarse para descubrir que estamos ante una e-bike y no frente a una bici convencional hacen de esta nueva Ridley E-ASTR un modelo con un comportamiento como el de cualquier otra bici, es más como el de una bici de corte competitivo pero en la que contamos con ese extra que nos ayuda en los momentos que realmente hace falta, pasando prácticamente desapercibido el resto del tiempo.
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Un motor TQ HPR40 que es, hoy en día, el de mejor relación peso/par de su clase, siendo capaz de aportar 40 Nm, una cifra discreta si comparamos con los potentes motores usados en las bicicletas de montaña pero más que suficiente para darnos ese impulso extra con una asistencia natural sin perder esa sensación de estar montando en una bicicleta de verdad. Una cifra que se combina con el 1,2 kg que pesa el motor y los 1,42 kg de su batería de 290 Wh de capacidad. Si con esta batería no fuera suficiente para nuestras rutas habituales, podremos instalar una batería externa que aporta otros 160 Wh.
Como decíamos, la apuesta de Ridley es hacer de esta E-ASTR un modelo prácticamente indistinguible, en cuanto a comportamiento, de su hermana ASTR RS. Para lograrlo, la geometría de ambas bicis es idéntica con parámetros que dejan a las claras el concepto deportivo de esta bici como son un ángulo de dirección bastante cerrado, 71,5º, o unas vainas de tan sólo 425 mm.
Sigue la tendencia Ridley en esta E-ASTR de permitir el uso de cubiertas de mayor balón. En este caso, 52 mm, que si ya son interesantes en términos de comodidad y resistencia a la rodadura en una gravel convencional, más aún lo son en una e-gravel, al conceder un perfecto apoyo a la bici sin necesidad de subir presiones para adecuarse al peso extra del sistema eléctrico.
En resumen, una bicicleta que opta de forma consciente por una asistencia eléctrica ligera de forma que siga siendo el ciclista el protagonista del pedaleo pero a su vez contando con esa sutil ayuda que le permita disfrutar de la mejor experiencia sobre la bici.