¿Se impondrá el monoplato en carretera? Así está la tecnología hoy
El lanzamiento hace unos días de la versión monoplato del Campagnolo Super Record 13, que se une al también grupo monoplato de 13 piñones SRAM Red AXS XPLR hace que muchos se pregunten si las transmisiones 1x se acabarán convirtiendo también en norma en el el ciclismo de carretera, única donde el cambio de platos sigue vigente y que, como siempre, siempre se muestra reacia a los grandes cambios.

Los 13 piñones comienzan a hacer viable el monoplato en el ciclismo de carretera
Ya han pasado un montón de años desde que 3T decidió apostar por equipar al modesto equipo Aqua Blue con su bici de carretera Strada diseñada exclusivamente para grupos monoplato, en aquel entonces el SRAM Force 1, primer grupo de carretera en estar diseñado para funcionar con un único plato.
Era la época de los 11 piñones y pronto comenzaron a trascender las quejas de los ciclistas por lo que les suponía el utilizar aquella configuración que les dejaba vendidos ante ascensos duros o les suponía tener que montar un casette con grandes saltos que les impedía llevar la cadencia adecuada en muchos momentos y les hacía malgastar fuerzas.
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Mucho han evolucionado los grupos para ciclismo de carretera desde aquel entonces: el salto a los 12 piñones con casettes más amplios en los que el piñón de 33 o 34, dependiendo del fabricante, se han convertido en habituales en el día a día para buscar más eficiencia a los platos grandes de 54 dientes. También hemos visto en todos estos años cómo se imponía la electrónica como opción única en los grupos de gama alta.
Una electrónica por la que SRAM fue la primera en apostar firmemente con el lanzamiento del SRAM Red AXS, segunda generación del grupo electrónico de la firma norteamericana en 2019, trajo consigo también la incorporación de otras novedades a su grupo estrella como la posibilidad de ser utilizado indistintamente en configuración 2x o 1x, esta última, en principio, pensada para la práctica del gravel.

Sin embargo, no tardamos en ver a algunos equipos de carretera con bicis de SRAM recurrir al monoplato en determinadas etapas y, de hecho, esta configuración se ha vuelto habitual en las bicicletas Cervélo S5, su opción aerodinámica, entre los ciclistas del Visma-Lease a Bike, incluso para etapas de perfil quebrado. También los ciclistas del Lidl-Trek han utilizado durante el último año la configuración 1x coincidiendo con el lanzamiento del nuevo SRAM Red en su configuración AXS con 13 piñones para gravel que se ha convertido en garantía de fiabilidad para ciclistas como Mads Pedersen durante la campaña de clásicas en la pasada primavera.
Y es que, si algo hace posible el monoplato es conseguir añadir fiabilidad a las transmisiones justo en el punto donde más suelen fallar: el cambio de plato. No es extraña, pese a lo que han mejorado en su precisión las transmisiones actuales ver la típica imagen del ciclista que ha cambiado de plato con la cadena cruzada y esta se ha caído hacia el interior dejándole pedaleando en vacío mientras trata de accionar el desviador para que el plato vuelva a engranar antes de tener que detenerse.

Unas salidas de cadena que, con el sistema monoplato, gracias al tallado específico de los tientes del plato que hace que la cadena quede firmemente fijada a los mismos y los sistemas de embrague de los cambios que mantienen estable las cada de poleas de los cambios sin el habitual golpeteo de la cadena hacen tremendamente improbable sufrir una salida de cadena añadiendo fiabilidad.
Si bien en los primeros grupos monoplato para carretera había que elegir entre contar con un rango de desarrollos lo suficientemente amplio para subir rampas duras y para poder rodar a toda velocidad o, por el contrario, una combinación con una progresión de desarrollos lo más cerrada posible en la actualidad, gracias a los casettes de 12 y de 13 piñones es posible contar con ambos.

Sin embargo, el ciclista de carretera si algo resulta ser es clasista y siempre se resiste a las innovaciones tecnológicas. Ya vimos todas las polémicas que trajeron consigo los frenos de disco o las cubiertas tubeless que aún hoy en día no terminan de asentarse entre el común de los ciclistas de carretera pese a que en competición han desterrado al olvido a los tradicionales tubulares.
En cualquier caso, no parece cercano el día en que veamos, de forma generalizada, el uso de monoplato en carretera. De entrada porque Shimano, el suministrador mayoritario de grupos entre los equipos profesionales, no parece por la labor de afrontar ese camino. Por otro lado el escalado de desarrollos sigue siendo tremendamente importante para el ciclista de carretera para el que no hay nada más frustrante, cuando se pedalea en el pleno esfuerzo de la competición, como no encontrar la cadencia que sus piernas necesitan en cada momento.

Si bien el doble plato, como todos sabemos, duplica muchos desarrollos, también hace posible el uso de casettes más cerrados contando, por ejemplo, el casette Shimano Dura-Ace 11-34 con saltos de diente en diente en sus 5 primeros piñones y de dos en dos dientes en los tres siguientes. SRAM eleva su apuesta con los 6 primeros piñones consecutivos en su casette 10-33 y de dos en dos en los tres siguientes. Esto, en combinación con los dos platos hace posible una enorme flexibilidad de desarrollos aparte de tener unos extremos muy amplios que permiten rodar rapidísimo en su configuración más larga y escalar muros imposibles en la más suave.
Una apuesta por el doble plato que, sin embargo, contrasta con la imagen de ciclistas que, en gran parte de los recorridos que se afrontan durante el año, salvando los claramente montañosos, únicamente utilizan el plato grande por la eficiencia mecánica del mayor diámetro del mismo y la posibilidad de subir casi todo gracias a poder cruzar la cadena hacia los grandes piñones de los casettes actuales, algo para los que los grupos modernos están perfectamente diseñados.

Es por tanto difícil vaticinar si el salto definitivo a los 13 piñones, para lo cual únicamente falta que Shimano lo incorpore en su tope de gama supondrá que los ciclistas comiencen a apostar por una configuración que, con la potencia que son capaces de desarrollar, les permite competir prácticamente en tres cuartas partes de los recorridos que afrontan a lo largo del año.
Claro está, habrá que ver también si, cuando Shimano renueve su Dura-Ace tendrá en cuenta la opción de ser usado en configuración monoplato. Posibilidad que hoy no existe y que obliga a los ciclistas que utilizan los grupos de la marca japonesa, por ejemplo en las pruebas contrarreloj donde el monoplato se ha vuelto opción habitual, a utilizar platos de terceras marcas o recurrir a guiacadenas que eviten la salida de la misma al carecer los cambios Shimano de carretera de embrague para evitar la salida de esta así como no disponer de platos específicos para su uso en 1x.