“El sistema actual no está diseñado para proteger la salud": las ciclistas se levantan y exigen a la UCI un control obligatorio
Tras el debate sobre la salud en el Tour de France Femmes, la Asociación de Ciclistas ahora reclama a la UCI un protocolo obligatorio de detección de deficiencia energética relativa en el deporte.
Las ciclistas quieren anteponer su salud al rendimiento
La polémica sobre la salud de las ciclistas profesionales, reavivada después del Tour de France Femmes, ha llevado a The Cyclists’ Alliance (TCA), sindicato que representa al pelotón femenino, a exigir a la UCI la implantación de un cribado anual obligatorio para detectar el RED-S (Deficiencia Energética Relativa en el Deporte) y pruebas de densidad mineral ósea. La organización también ha anunciado que lanzará este otoño un programa de educación y concienciación sobre salud y bienestar para corredoras y equipos.
El RED-S se produce cuando el cuerpo recibe menos energía (calorías) de la que necesita para cubrir el gasto de entrenamientos y competiciones. Esto provoca una alteración de funciones fisiológicas esenciales como el metabolismo, la salud ósea, el ciclo menstrual, la función inmunitaria o la capacidad de recuperación. Entre sus síntomas más comunes están la fatiga persistente, pérdida de masa muscular, lesiones frecuentes, alteraciones hormonales y disminución del rendimiento, pudiendo comprometer gravemente la carrera y la salud a largo plazo del deportista.
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El debate surgió después de la victoria histórica de Pauline Ferrand-Prévot en la ronda francesa, acompañada de informaciones sobre su pérdida de peso. Varias ciclistas aprovecharon la ocasión para pronunciarse públicamente sobre su bienestar y su relación con los trastornos alimentarios. La subcampeona Demi Vollering afirmó en redes: “Cada decisión en mi carrera la tomo poniendo mi salud en primer lugar”, mientras que Cérdrine Kerbaol, octava en la general, advirtió que el ciclismo femenino atraviesa “un momento peligroso” en cuanto a la presión por mantener un peso bajo.
La presidenta de TCA, Grace Brown, señaló: “El sistema actual no está diseñado para proteger la salud de las mujeres. Nuestra obligación es seguir educando y defendiendo mejores estándares que permitan rendir con cuerpos bien alimentados, fuertes y felices”.
La TCA ha invitado formalmente a la UCI a reconsiderar su propuesta y ofrece su apoyo técnico para implementar un protocolo que incluya también a los ciclistas masculinos. “Sabemos que requerirá trabajo, pero creemos que merece la pena para proteger la salud de quienes compiten profesionalmente”, concluye el comunicado.