Philipsen gana al sprint y una caída cambia al líder

Una etapa tranquila y guionizada cambió de repente a 12 para meta. Una gran caída en el pelotón se llevó a Taaramae al suelo y, con ella, el maillot rojo. Ganó Philipsen al sprint.

Etapa tranquila en la primera mitad

Etapa calcada a la de ayer, hoy tocaba una ruta que comenzaba en Tarancón y terminaba en Albacete. Algo más de 180 kilómetros con tendencia al falso llano picando hacia abajo en el último tramo, que invitaba a pensar en un final al sprint.

La mañana transcurrió como establecía el guion: fuga, caza, sprint y Taaramae manteniendo el rojo. El riesgo a este guion establecido era claro también: los abanicos y las caídas. Y se fue cumpliendo paso a paso.

El primero de esos pasos fue la fuga. Nada más lanzar la salida neutralizada, tres corredores, otra vez tres españoles, atacaban. Sánchez, del Burgos-BH; Lazkano, del Caja Rural; y Azparren, del Euskaltel, se escapaban y cogían 4 minutos en un suspiro, en apenas 10 kilómetros. Sobre esos cuatro minutos, minuto arriba, minuto abajo, se fue estableciendo una distancia de seguridad que el pelotón permitía pero no flexibilizaba ni un ápice. Cuando se fue un poquito el reloj a los 7 minutos, el pelotón dijo basta.

El tramo final, en el Balcón de Alicante, iba a ser sin público debido a las condiciones meteorológicas y al riesgo de incendio. Menos emoción, más cabeza. Los ciclistas, ajenos a esto, seguían paso a paso ese guion inicial que comentábamos. La fuga tiraba, el pelotón no cejaba en el empeño de controlarla. Alpecin y Deceuninck, ambos con sprinters importantes, colaboraban en esta labor.

A 90 para meta, la diferencia empezó a bajar. No ayudaba nada a los valientes el viento de cara que empezó a soplar y que les suponía una pared contra la que luchar infructuosamente. Esa ventaja empezó a bajar a razón de minuto cada 5 kilómetros, así que se antojaba un sufrimiento sin premio. El pelotón tiene ese vicio: hacer creer al aficionado (el escapado sabe que, sin incidentes, será atrapado en un suspiro) manteniendo la ventaja. Pero a veces ocurren cosas.

Una caída a 12 se carga al líder

Y esta cosa ocurrió a 11 para meta. Distancia malísima porque no es zona neutralizada y porque queda poco para meta. La fuga no iba a triunfar, ya había sido absorbida la intentona de Lazkano en plan quijotesco. Pero la caída influyó de primeras, ese fue el cambio de guion en esta etapa 5.

Esa fue la ruptura de esa película escrita. Y porque en la caída, estaba nuevamente el líder. Cuando los equipos que tienen en sus filas al maillot rojo lideran el pelotón, no es por casualidad. Es lo que tiene no tener una escuadra importante. Bardet, que estaba fuerte y entonado, también se quedó fuera. Mikel Nieve, salió incluso peor parado.

Lo cierto es que el pelotón se quedó tan desnudo y todos los equipos tenían algún perjudicado, que esperaron, echaron el freno y buscaron la reorganización nuevamente. Así que todo volvía al esquema que decía que el sprint era lo que iba a suceder. Las cámaras buscaban a Taaramae, que no acababa de llegar y estaba muy lejos del grupo. Estábamos hablando de diferencias que iban de los 3 a los 5 minutos y se iban a mantener, porque el pelotón empezó a tirar nuevamente. El líder iba a eso de los 2 minutos, iba a perder el liderato si nada cambiaba.

Y nada cambió. Llegamos al sprint y sólo hubo un color, el de Alpecin, y un nombre, el de Philipsen. El equipo hizo un trabajo enorme y Philipsen era el mejor colocado a 100 metros de meta. Él remató la faena y entró con un par de bicis de ventaja sobre el resto, no tuvo rival hoy.

Por lo demás, etapa accidentada, la montaña en el horizonte, y todo por dirimir.

ETAPA 5

1. Philipsen, J. (Alpecin) | 4:24:41
2. Jakobsen, F. (Deceuninck) | m.t.
3. Dainese, A. (Sunweb) | m.t.

GENERAL

1. Elissonde, K. (Trek) | 17:33:57
2. Roglic, P. (Jumbo Visma) | +5
3. Calmejane, L. (AG2R) | +10