10 normas no escritas que debes de conocer para pedalear en grupeta

Carretera 27/07/22 07:20 Sergio P.

Rodar en el seno de un grupo numeroso puede ser una situación de gran estrés para los recién llegados al ciclismo. Respetar una serie de normas evitará situaciones de riesgo y malentendidos.

Aprende a rodar en pelotón

Pocas cosas hay tan impresionantes como un pelotón ciclista lanzado a toda velocidad con sus miembros actuando al unísono mientras pedalean a escasos centímetros unos de otros. Una situación que, trasladada las grupetas cicloturistas que vemos por la carretera no está exenta de un cierto peligro. No obstante, la aplicación de ciertas normas, que no verás plasmadas en ningún documento, sirven para crear una armonía que evita situaciones de peligro.

1. Señalizar los obstáculos

Los ciclistas que van en la parte delantera han de ir señalizando los obstáculos que se encuentren ya que desde las posiciones traseras es complicado saber lo que nos vamos a encontrar. Esto incluye no sólo los baches que u objetos que haya en la calzada sino también marcar los giros con antelación, avisar si se va a adelantar a otros ciclistas o, en tramos estrechos, si vienen otros vehículos de frente.

2. Permanecer a la expectativa

Cuando somos atrapados por una grupeta que no es la nuestra y queremos continuar con ellos, lo elegante es saludar y, a continuación, permanecer en las posiciones finales del grupo viendo la forma de actuar y no interfiriendo en el rodar que llevaban. No resulta raro que en estas ocasiones, los ciclistas atrapados se queden en el medio con la esperanza de poder guardar más fuerzas, provocando tensiones dentro del grupo o que incluso se parta. Si tras un rato a cola, vemos que aguantamos bien el ritmo, hemos entablado conversación con algún integrante, ya podemos integrarnos más en el grupo y pasar a colaborar.

3. La rueda es el límite

Aunque en las carreras veamos como los ciclistas ganan posiciones metiendo el manillar por sitios inverosímiles, eso son carreras, donde se apura al máximo con el menor gasto posible de energía. En nuestras rutas ha de primar la seguridad, por ello, una norma básica, cuando vamos detrás de otro ciclista, es no sobrepasar con nuestra rueda delantera la línea que marca la suya trasera. Si lo hacemos, cualquier movimiento lateral de quien nos precede puede resultar en un afilador en el que nosotros tenemos todas las papeletas para acabar en el suelo.

4. Por donde viene el viento

No son pocos los ciclistas, incluso con muchos kilómetros en su haber, que desconocen el lado correcto para relevar a un compañero que va tirando. A menudo se suele aplicar el siempre por la derecha, sin tener en cuenta que es el viento que sople en ese momento quien ha de determinar el lado por el que se releva.
La forma correcta de actuar es que el ciclista que va tirando se deja caer por el lado donde incide el aire, subiendo quien toma el relevo por el lado protegido del viento. Si se hace al revés, en muchas ocasiones nos encontramos que el que ha relevado llega a cabeza ya sin fuerzas para tirar.

5. Ritmo constante

Vale, todos sabemos que los cambios de ritmo, los palos… son una de las partes más divertidas del ciclismo, sobre todo cuando estamos en buena forma y podemos darlos o responder a ellos.

Sin embargo, cuando de lo que se trata es de rodar muchos kilómetros repartiendo las fuerzas entre los integrantes del grupo resulta una forma de actuar completamente contraproducente que acaba por dividir la grupeta lo que obliga a aminorar el ritmo para volver a ser una unidad.

Es por ello que, cuando vayamos tirando, mantendremos un rodar uniforme, a un ritmo más o menos alto, pero que sea soportable para el resto de integrantes. Es por ello que iremos mirando de vez en cuando hacia atrás para comprobar que nadie sufre más de lo debido. A la hora de pasar a relevo hay que mantener la misma tónica y no pegar un acelerón como resulta demasiado habitual que deja a quienes trataban de recuperar tras el trabajo realizado totalmente fuera de combate.

6. Los abanicos en las carreras

Muchas veces olvidamos que montar en bici es conducir un vehículo por unas vías públicas que compartimos con el resto de usuarios de la vía y que debemos respetar la legislación vigente.

No es raro ver grupetas que, cuando el viento sopla de costado, no dudan en adoptar una posición de abanico para rodar protegidos del viento. Una actitud que hace que el grupo ocupe gran parte del carril de circulación con el riesgo de accidente que eso supone en carretera. Aunque sople viento lateral deberemos mantener la fila, a sea de uno o de dos integrantes no quedándonos otro remedio que recibir la fuerza del viento casi como si fuéramos tirando.

7. Siempre alerta

También es común relajarse en demasía cuando vamos a rueda y dejar de prestar atención a lo que ocurre por delante de nosotros. Una actitud que nos impide reaccionar con premura si se produce una caída o un frenazo delante de nosotros. Es por ello que, salvo que estemos bebiendo, comiendo o quitándonos y poniéndonos ropa, las manos han de ir siempre en el manillar, con un dedo cerca del freno y la mirada siempre hacia delante, atentos a lo que ocurre.

Mención especial en este aspecto para aquellos que llevan bicicleta con acoples de triatlón. Nunca deberían utilizar los acoples yendo en mitad de un grupo por la posición más inestable y quedar las manos alejadas de los frenos.

8. El freno se usa lo mínimo

Una de las cosas que más sorprende a quienes ven pruebas de ciclismo en pista es que las bicis no tienen frenos. A pesar de ello, las caídas no son habituales. Es precisamente el uso del freno lo que provoca efecto acordeón dentro de una grupeta, el temido látigo como se conoce en el argot ciclista, que puede ser causa de una caída.

Trataremos de rodar de forma lo más uniforme posible y adaptaremos nuestra velocidad a la de quien nos precede abriéndonos un poco para un lado de forma que el viento haga de freno, o acelerando de forma suave cuando queramos reducir la distancia.

9. No dejar huecos

Pocas cosas fastidian tanto como cuando en una grupeta se rueda en fila de a dos y un ciclista sólo se encaja en medio del grupo, haciendo que el siguiente par que viene detrás tenga que ir cara al aire. Si somos impares, el ciclista desparejado se quedará en la cola para permitir que los demás integrantes puedan ir protegidos. También estaremos atentos a los huecos que se puedan producir cuando se acelera a la salida de una rotonda o tras un cambio de dirección para evitar que el grupo se divida.

10. Suavidad

Las maniobras bruscas solo sirven para sorprender a quien viene a rueda y, en muchas ocasiones, provocar una caída. Es cierto que a veces no nos queda más remedio que dar un bandazo para esquivar un obstáculo en la calzada, pero no es una situación habitual. De entre las maniobras bruscas, se lleva la palma la provocada por aquellos que, al ponerse de pie sobre los pedales, tiran la bici hacia atrás, pudiendo golpear a quien viene a rueda. Cuando nos pongamos de pie lo haremos de forma suave controlando el balanceo para no contactar con quien tengamos al lado.

¿Tenéis más consejos para rodar en grupo?¿Cuáles son las normas no escritas en vuestra grupeta? Cuéntanoslo en nuestras redes sociales.

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