10 bicicletas míticas de carretera
Por número y calidad de triunfos, por los avances tecnológicos que trajeron, por su pura estética o por el halo de los ciclistas que las llevaron. Incluso porque, sin más, sedujeron las mentes de los aficionados de su época. Seguramente, hay tantos motivos como personas para incluir un modelo concreto en la lista de las 10 bicicletas de carretera más míticas.
Si hace unos años ya te contamos las que, para nosotros, eran las 10 mountain bikes más espectaculares de la historia, hoy te traemos las de carretera. Desde los años 30 hasta el presente. Pasando, claro está, por la década que sin duda es el epicentro de las bicis más recordadas, así como las más locas y extravagantes: los 90.
- 1. Legendaria: Legnano de Gino Bartali
- 2. Clásica: Bianchi de Fausto Coppi
- 3. La Merckx de... él mismo
- 4. Revolucionaria: Bottecchia de crono de Greg LeMond
- 5. Extrañísima: Old Faithful de Graeme Obree
- 6. La Pinarello Espada de Miguel Induráin
- 7. La Cannondale personalizable de Mario Cipollini
- 8. Las locas Bianchi de Johan Museeuw y cía en Roubaix
- 9. La Trek de carbono de Lance Armstrong
- 10. La rapidísima Specialized Venge de... casi todos los mejores sprinters de última década
1. Legendaria: Legnano de Gino Bartali
Para empezar, nos retrotraemos a la era de los pioneros del ciclismo, antes de la II Guerra Mundial. Y la marca de bicicletas que marcó aquella época es sin duda la milanesa Legnano. Con ella (y con su todopoderoso equipo) corrió no solo Bartali antes de fundar el suyo propio. También Coppi (con ella ganó su primer Giro, en 1940), Alfredo Binda, Learco Guerra...
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Precisamente en 1940 fue la primera bici en incorporar el Cambio Corsa, de Campagnolo, que permitía subir y bajar piñones sin bajarse de la bici y desmontar la rueda posterior. Sí. Se accionaba con dos palancas (puedes verlas en la Bianchi de abajo) colocadas en la vaina superior, y para ello había que pedalear hacia atrás. No obstante, supuso un avance espectacular y una ventaja para los corredores italianos. Hoy, la marca subsiste en modelos low cost, pero no es ni un pálido reflejo de lo que fue.
2. Clásica: Bianchi de Fausto Coppi
El hermosísimo color celeste de esta bici y el Campionissimo quedaron ligados para siempre en el imaginario colectivo a partir del Giro de Italia de 1946, aquel que cimentó la rivalidad Coppi-Bartali. ¿Hace falta decir algo más después de ver la imagen de arriba?
Seguramente no, porque sigue siendo una de las obras maestras de la historia ciclista. "Un hombre solo al mando. Su maillot es blancoceleste. Su nombre, Fausto Coppi", como dijo el comentarista Mario Ferretti en una frase para la historia. Hoy, la marca sigue en la cima con modelos como el Oltre XR4.
3. La Merckx de... él mismo
Desde luego, en nuestro repaso no podía faltar el mejor corredor de todos los tiempos. Sobre todo porque la fama de Eddy Merckx alcanzó tales cotas que no tuvo que esperar a retirarse para tener su propia marca. En los 70, cuando estaba en la cima de su carrera, se las construía en Italia el fabricante DeRosa, que le ponía su nombre y hasta su efigie en el tubo de dirección. Seguramente, aquel fue el primer fenómeno de masas que llegó a los cuadros.
Después, en los 80, fundaría su propia empresa, también con el asesoramiento de Ugo DeRosa, pero ya independiente. Quizá la más recordada de aquellas bicis fuera la de arriba, que utilizó en el Récord de la Hora, en 1972 en Ciudad de México.
4. Revolucionaria: Bottecchia de crono de Greg LeMond
En 1989, Greg LeMond le ganó a Laurent Fignon el Tour de Francia por solo 8 segundos, en una contrarreloj final de infarto. Y seguramente no lo hubiera conseguido si no fuera por su bici, de la la marca italiana Bottecchia, que contaba con un añadido que al principio causó hilaridad y, luego, pánico en el resto del pelotón.
Hablamos, claro está, de los 'cuernos', que hoy conocemos como manillar de contrarreloj o de triatlón. Aunque también la geometría del cuadro, con ese tubo superior en caída, contribuyó al éxito del norteamericano. Si alguna vez hubo una bici que, por sí sola, cambió el curso de la historia en el ciclismo profesional, esta es.
5. Extrañísima: Old Faithful de Graeme Obree
Y por fin entramos de lleno en esa época llena de extraordinarias y absurdas ideas (y de falta de regulaciones de la UCI) que fue la mitad de los años 90. Vale, quizá a la bicicleta que el escocés Obree construyó con sus manos en su garaje, usando piezas de una lavadora, no la podamos considerar estrictamente 'de carretera', porque no consta que se utilizara nunca fuera de un velódromo. Con ese manillar ultracompacto, cualquier bache podía acabar en tragedia.
Pero tampoco podíamos obviar este pedacito de historia que dio la vuelta a las televisiones de medio mundo con su posición 'de huevo' (como se la bautizó, al menos, en España), y que dio comienzo a la fiebre por el Récord de la Hora. En apenas 3 años desde su aparición, este se batió en 7 ocasiones, cuando no se había hecho ni una sola en toda la década anterior. Como demostración de lo que el ingenio de una persona es capaz de hacer por sí solo, no hay ninguna bici que la supere.
6. La Pinarello Espada de Miguel Induráin
Tal vez la bicicleta más famosa de la historia, y sin duda la única que el español de a pie sabe llamar por su nombre. Aerodinámica, sí, pero también obra de arte de estética 120% noventera, la Espada de Induráin entró de lleno en la cultura popular, a pesar de las pocas veces en que la utilizó.
De hecho, el navarro prefería la suya de siempre. Lo que no quita para que consiguiera grandes triunfos con ella, como aquel Récord de la Hora del 94 o la primera de las dos cronos del Tour 95. En la segunda, la cambió por una bici convencional.
7. La Cannondale personalizable de Mario Cipollini
Hoy, que al líder del Tour, la Vuelta o el Giro, o incluso al de la regularidad o la montaña, le hagan una bicicleta especial con el color del maillot, nos parece habitual. Pero lo cierto es que eso no se hizo hasta que se le ocurrió a Cipollini allá por 1997, con el apoyo de Cannondale. De hecho, el Rey León se llevó unas cuantas multas por eso y por cambiarse el color del culotte.
Pero vaya si les compensaba. Tanto que aquel fabricante de bicicletas norteamericano que era un completo desconocido en Europa empezó a convertirse en un nombre reconocido por todos los seguidores del deporte. Otra cosa quizá no, pero a nivel estético, 'il bello Mario' siempre fue 3 pasos por delante de sus contemporáneos.
8. Las locas Bianchi de Johan Museeuw y cía en Roubaix
De nuevo, falta de regulaciones y creatividad. En 1994, Johan Museeuw llevó en la París-Roubaix una bici de carretera, pero con doble suspensión, como la MTB. ¿Le funcionó? No, de hecho fue un fracaso, pero con los años ha ido ganando un estatus mítico.
Por cierto, Bianchi no se rindió, y al año siguiente preparó otro modelo parecido (aunque distinto) para el también clasicómano Stefano Zanini. Aunque tampoco consiguió la victoria, aquellas bicis pasaron a la historia como algunas de las más interesantes y raras que se han visto en el pelotón profesional. Son, digamos, bicis de culto.
9. La Trek de carbono de Lance Armstrong
Para 1999, las bicicletas de carbono eran una tendencia ya muy fuerte, pero alguien tenía que ser el primero en vestir el maillot amarillo en París con una. Y ese alguien fue el estadounidense Lance Armstrong, y esa bici fue una Trek 5500 OCLV. Desde luego, el texano consiguió aquella gesta dopado, como supimos más tarde. Pero eso no desmerece para nada a su montura.
De hecho, sus 7 Tours, de los que ha sido desposeído, los ganó a bordo de una Trek de carbono. Y, con la excepción de Óscar Pereiro en 2006 (magnesio) ese material no se ha apeado ya del primer cajón (y de todos los demás, francamente). Ni se le ve final al reinado del carbono.
10. La rapidísima Specialized Venge de... casi todos los mejores sprinters de última década
Mark Cavendish ha conseguido muchos de sus triunfos con ella. Peter Sagan, sus tres mundiales de ruta. Y también la han usado Tom Boonen, Marcel Kittel... La nómina de velocistas de la que puede hacer gala la Specialized S-Works Venge es casi interminable. Y, por si fuera poco, fue la primera en ganar una carrera del máximo nivel con frenos de disco (fue en 2017... cómo han cambiado las cosas en menos de 5 años).
Specialized dice de ella que es la bici más rápida del mundo y, vistos los nombres asociados a ella, no cuesta mucho darles la razón. Quizá no sea hoy muy mediática, pero es probable que, con el tiempo, se haga tan mítica como las que hemos repasado antes.