Los 10 mandamientos del ciclista que no teme a la lluvia

Entrenamiento 23/10/25 10:00 Ignacio P.

Llega la época de lluvia y muchos ciclistas guardan la bici a la espera de días más soleados. Sin embargo, rodar bajo la lluvia puede ser una experiencia única: los paisajes cambian, los sonidos se apagan y el pedaleo se vuelve casi terapéutico.

10 consejos para rodar bajo la lluvia: el arte de disfrutar cuando otros se quedan en casa

Solo hace falta algo de preparación, la ropa adecuada y una buena dosis de precaución. Aquí te dejamos una guía completa con consejos para salir en bici con lluvia, desde cómo vestirte hasta cómo cuidar tu bicicleta al volver a casa.

1. El objetivo no es mantenerse seco sino cómodo

La clave para disfrutar de una salida bajo la lluvia no es mantenerse completamente seco, algo casi imposible,  sino mantenerse cómodo y cálido. Elige prendas técnicas pensadas para el ciclismo y evita materiales como el algodón, que absorbe la humedad y te enfría.

  • Chaqueta impermeable, tu mejor aliada: Invierte en una buena chaqueta impermeable y transpirable. Los modelos con membranas como Gore-Tex u otras membranas combinan protección contra el agua con una excelente ventilación, evitando el efecto “sauna”. Busca que tenga cremallera doble, faldón trasero y costuras selladas. Si incluye elementos reflectantes, mejor aún, la visibilidad es vital en días grises.
  • Culotte corto o largo según la temperatura: No todos los días lluviosos son fríos. Si la temperatura es templada, puedes usar culotte corto y aplicar una fina capa de aceite o crema en las piernas para que el agua resbale mejor. En días fríos, opta por culotte largo o mallas con tratamiento repelente, que además protegen del viento.
  • Capas interiores que regulen la humedad: Un base layer de lana merino o tejido técnico mantiene la piel seca al evacuar el sudor, incluso si te mojas. Es una capa esencial para conservar el calor y evitar enfriamientos.

Los 10 mandamientos del ciclista que no teme a la lluvia

2. Los accesorios son clave

El cuerpo pierde gran parte del calor por las extremidades, así que manos, pies y cabeza necesitan atención especial.

  • Guantes impermeables: Mantienen el agarre firme y evitan que los dedos se enfríen. Busca modelos con interior térmico y palma con silicona.
  • Cubrezapatillas o calzado impermeable: Los pies mojados pueden arruinar cualquier ruta. Los cubrezapatillas de neopreno o silicona son una solución efectiva. Si no tienes, una bolsa de plástico bien ajustada bajo el cubrebotas puede sacarte del apuro.
  • Gorro o sotocasco: Un sotocasco impermeable o térmico bajo el casco evita que el agua se filtre por las ranuras y conserva la temperatura corporal.
  • Gafas claras o fotocromáticas: Protegen los ojos del agua, del viento y de la suciedad. Las lentes con tratamiento hidrofóbico ayudan a mantener la visión despejada.
  • Braga o buff impermeable: Evita que el agua entre por el cuello y protege del viento.
Los 10 mandamientos del ciclista que no teme a la lluvia
Pogacar ganando con buff, perneras y cubrezapatillas

3. Da igual que no te gusten: son sencillos, baratos y muy eficaces

Es uno de los accesorios más subestimados y, sin embargo, uno de los que más mejora la experiencia en mojado.

Los guardabarros evitan que el agua y la suciedad del suelo salpiquen la bici y tu ropa. Los hay plegables, que se colocan en segundos bajo el sillín, y rígidos, más efectivos para salidas largas o uso habitual. Tu transmisión, tus piernas y tu compañero de rueda te lo agradecerán.

4. Puede que no necesites unos nuevos si los tuyos los configuras bien

Los neumáticos y los frenos son dos de los componentes de la bici a los que más atención debes prestarles

  • Baja ligeramente la presión: Reducir la presión unos 0,5-1 bar mejora el agarre y aumenta la superficie de contacto con el suelo, tanto en asfalto como en tierra. No bajes demasiado o aumentarás el riesgo de pinchazo.
  • Comprueba el dibujo y el desgaste: En carretera, un neumático liso no supone peligro de aquaplaning, pero en caminos o grava, un poco de taco o textura ayuda a evacuar el agua y el barro.
  • Cuida los frenos: La distancia de frenado aumenta con la lluvia, especialmente en frenos de llanta. Frena con suavidad y anticípate a las curvas o descensos. Si usas disco, tendrás más potencia, pero también requieren un periodo de “seco” antes de que muerdan bien. Tras cada salida húmeda, revisa pastillas y llantas: el agua acelera el desgaste.

Los 10 mandamientos del ciclista que no teme a la lluvia

5. Mejora tu visibilidad y hazte ver

La lluvia reduce la visibilidad tanto tuya como la de los conductores. Por eso, usa siempre luces delantera y trasera, incluso de día.

Un modo intermitente ayuda a llamar la atención sin deslumbrar. Añadir elementos reflectantes en la ropa, el casco o la bicicleta es una inversión sencilla en seguridad.

6. Adapta tu conducción

Rodar con lluvia no es igual que rodar en seco. La técnica y la actitud marcan la diferencia.

  • Evita giros bruscos y frenazos. Conduce de manera fluida, anticipando curvas y obstáculos.
  • No pises las líneas blancas, tapas metálicas ni rejillas. En mojado son auténticas pistas de hielo.
  • Desconfía de los charcos. Pueden ocultar baches, grava o bordes afilados.
  • Mantén una trazada suave y mira más lejos de lo habitual. La anticipación es clave cuando el agarre es limitado.
  • Adapta tu ritmo. Si llueve fuerte o el tráfico es denso, prioriza la seguridad sobre la velocidad.

7. Ten un plan B y, si puedes, un compañero

Salir acompañado hace la ruta más segura y divertida. Además, rodar con alguien te motiva a salir incluso con mal tiempo.

Si vas solo, planifica una ruta con vueltas cercanas a casa o puntos de escape. Así podrás regresar fácilmente si la lluvia se intensifica o la temperatura baja demasiado.

8. El post es casi más importante que la previa

El mantenimiento posterior es tan importante como la preparación previa. El agua mezclada con polvo y barro puede acortar la vida útil de tu transmisión y rodamientos.

  • Limpieza rápida pero efectiva: Nada más llegar, enjuaga la bici con agua dulce y un trapo húmedo, sin usar alta presión. Quita el barro antes de que se seque y limpia la transmisión con desengrasante.
  • Seca y engrasa: Una vez limpia, seca bien con papel o un trapo seco.
    Aplica lubricante “wet”, diseñado para condiciones húmedas: resiste mejor la lluvia y protege la cadena del óxido. Si usas cera, puedes reaplicarla cada pocos días de lluvia intensa.
  • Cuida los componentes eléctricos: En el caso de e-bikes o grupos electrónicos, no uses agua a presión. Limpia los conectores con un cepillo suave y seca con cuidado. También puedes protegerlos con un poco de grasa dieléctrica o funda impermeable si prevés mucha lluvia.
Los 10 mandamientos del ciclista que no teme a la lluvia

Van der Poel en las duchas de Roubaix

9. Si tu chaqueta ya no funciona se puede reactivar

La ropa técnica necesita un mantenimiento especial para conservar sus propiedades.
Lava tus prendas impermeables con productos específicos para tejidos técnicos y evita el suavizante. De vez en cuando, reactiva la capa DWR (Durable Water Repellent) con un spray o lavado reimpermeabilizante. Las gafas se limpian sumergiéndolas en agua, sin frotar las lentes, y las zapatillas deben secarse a temperatura ambiente, con papel dentro, nunca en una fuente de calor directa.

10. Fuera del coche también llueve

Si necesitas mover la bicicleta en coche durante días lluviosos, usa fundas impermeables y revisa después las zonas más expuestas, como cadena, batería o conexiones eléctricas.
Si puedes, transpórtala dentro del vehículo para evitar la exposición directa al agua y la suciedad.

11. La ruta termina con agua caliente

Después de una salida lluviosa, el cuerpo puede enfriarse rápido. Dúchate con agua templada o caliente y cámbiate enseguida. Si las zapatillas están empapadas, rellénalas con papel de periódico para acelerar el secado.
Solo entonces te darás cuenta de lo reconfortante que puede ser rodar bajo la lluvia: la sensación de haber vencido la pereza y el mal tiempo no tiene precio.

Conclusión: la lluvia no es enemiga, es una aliada del ciclista que se prepara

Con el equipo adecuado, un poco de planificación y algo de mantenimiento, rodar con lluvia puede convertirse en una de las experiencias más agradables del año.

El sonido de las gotas en el casco, el olor a tierra mojada y la calma de las carreteras vacías son recompensas que solo los ciclistas que se atreven con el mal tiempo llegan a conocer.

Así que la próxima vez que veas el cielo gris, no guardes la bici: ajústala, protégela y disfruta del camino.

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