Las dietas detox no son la solución para los excesos
Tras los excesos navideños muchos son los que buscan atajos en la alimentación para tratar de poner remedio a tantos días de descontrol. Sin embargo, como en más de una ocasión os hemos indicado, las dietas milagro que se promocionan tras las fiestas suelen prometer resultados rápidos pero ser, a medio plazo, contraproducentes para el deportista. Una de las propuestas más habituales suelen ser las llamadas dietas detox que prometen limpiar nuestro organismo.
Por qué deberías evitar las dietas detox
Con la promesa de desintoxicarnos de todos los excesos culinarios, de todo el alcohol que consumimos durante estos días o del atracón de turrones y mazapanes hace unos años que surgieron las dietas detox. Un tipo de dieta que se basan en ingerir una gran cantidad de verdura y fruta además de una alta cantidad de líquidos. De hecho, a menudo lo que se ingiere es en forma de batidos o zumos.
Estas dietas eliminan carnes, cereales, grasas, lácteos… lo que significa prescindir de muchos nutrientes necesarios por lo que la dieta detox no es sostenible durante demasiado tiempo. Las dietas detox prometen, además de desintoxicar el organismo eliminando toxinas, una rápida pérdida de peso.
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Hasta ahí todo puede parecer que tiene una lógica y que incluso resultan una buena opción para remediar todo el mal hecho en nuestra nutrición durante las fechas navideñas. Sin embargo, si para una persona normal las dietas detox presentan grandes deficiencias al eliminar directamente ciertos nutrientes, para un ciclista que pretende mantener su entrenamiento son directamente destructivas.
Observemos de nuevo en qué se basan las dietas detox. De entrada, prácticamente la única aportación energética proviene de los azucares de las frutas ya que las verduras tienen un muy bajo contenido calórico pese a que tengan un gran contenido de otros nutrientes que a menudo se dejan de lado como vitaminas o minerales, pero lo que es energía, más bien poca. Los azucares de las frutas como hidratos de carbono simples que son se consumen de forma muy rápida por lo que nuestros depósitos musculares y del hígado de glucógeno van a caer rápidamente.
No se aportan hidratos de carbono complejos que sean capaces de llenar nuestros depósitos ni tampoco grasas que, aunque normalmente se tomen en exceso, no se pueden eliminar de la dieta ya que son imprescindibles para ciertos procesos del organismo como, por ejemplo, utilizar las vitaminas de tipo liposoluble.
También se eliminan las proteínas, responsables de regenerar nuestro cuerpo tras los entrenamientos en los que sometemos a nuestros músculos a un proceso destructivo. Precisamente es esa recuperación la que nos hace mejorar en nuestro estado de forma. Aparte, si salimos a entrenar sin las suficientes reservas energéticas, salvo que lo hagamos a un ritmo muy muy bajo para que los músculos obtengan su energía casi exclusivamente de las grasas, estos van a buscar una fuente de energía más accesible y esta no es otra que las proteínas del propio tejido muscular mediante un proceso que se conoce como catabolismo.
El resultado, como os podéis imaginar está lejos de ser el deseable para un deportista. La dieta detox va a hacer que nos sintamos sin energía, fatigados, irritables. Al poco tiempo, nuestro cuerpo va a protestar, vamos a tener una tremenda sensación de anxiedad ya que se activan todas las señales para que aportemos nutrientes. Cuando lo hagamos, el organismo va a absorber y almacenar todo lo que pueda ante la posibilidad de sufrir otro nuevo periodo de carestía, por lo que seguramente acabemos ganando más peso del que teníamos al comienzo.
Si realmente queremos poner remedio a los excesos navideños la solución es volver a establecer unas rutinas de alimentación equilibradas, dando al organismo los nutrientes necesarios pero en su justa medida para que el balance negativo entre calorías ingeridas y gastadas salga a nuestro favor, pero de forma progresiva, sin grandes restricciones que supongan una limitación a nuestro rendimiento.