La importancia del avance del sillín

Carretera 19/03/24 16:00 Sergio P.

A menudo es una medida que no se suele tener en cuenta a la hora de ajustar la bici de forma casera y que muchos modifican al azar como medio para acercar o alejar el manillar sin tener en cuenta las implicaciones que tiene en el pedaleo y el control de la bici. Hablamos del retraso del sillín.

El avance del sillín y el equilibrio perfecto

En el ajuste tradicional de la bici, pocos eran los que tenían en cuenta el ajuste del retraso del sillín más allá del mantra de que la rodilla debía de estar sobre el eje del pedal en la posición más adelantada. Sin embargo, el retraso del sillín tiene otras implicaciones que no se suelen tener en cuenta y que, cómo todos los ajustes que se hacen sobre las medidas de la bici, pueden suponer la diferencia entre poder pedalear a gusto y sin molestias durante horas o que montar en bici se convierta en un suplicio.

Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de ajustar el retraso del sillín es que varía la posición de todo el ciclista sobre la bici a lo largo de su longitud. Esto afecta a la distribución del peso entre las dos ruedas de la bici. Un correcto equilibrio en esta medida es vital a la hora de lograr una conducción sencilla de nuestra máquina, especialmente a la hora de afrontar descensos.

Demasiado peso sobre la rueda trasera hace que la dirección flote y perdamos agarre en la rueda delantera, creando una fuerte sensación de inseguridad en cada curva. Al contrario, si cargamos demasiado peso delante, contaremos con mayor agarre en esta rueda pero el exceso de carga puede hacer que sea complicado meter la bici en las curvas, no hablemos ya de lo que sufriremos a la hora de enlazarlas teniendo que hacer constantes cambios de dirección. Aparte, nos supondrá una menor tracción en la rueda trasera si el asfalto está sucio o mojado.

También tiene implicaciones el retraso del sillín en el pedaleo, pudiendo producirse sobrecargas en los tendones de la rodilla si nos alejamos de la vertical a la hora de aplicar la mayor fuerza. Un exceso de retraso también afecta en la medida que la cadera efectúa mayor flexión en cada pedalada, es decir, la pierna se acerca excesivamente al cuerpo. Hemos de tener en cuenta que cuando la flexión es excesiva la fuerza de extensión que somos capaces de producir es mucho menor, cono lo que disminuye claramente la eficiencia de cada pedalada en el inicio del ciclo.

Aparte, cuando modificamos el retraso del sillín también varía la colocación respecto al manillar pudiendo hacer que vayamos demasiado estirados o que carguemos demasiado peso sobre las muñecas. Por suerte, también es una medida que permite un cierto margen de tolerancia. En todo caso, el propio cuerpo trata de buscar la posición idónea desplazándose sobre el sillín para buscar el mejor pedaleo aunque esto suele suponer que si el retraso no está bien ajustado no nos sentaremos correctamente en el sillín, apareciendo molestias. De hecho, gran parte de los problemas que muchos achacan al sillín suelen estar provocados por esta causa.

Medir y ajustar

A la hora de ajustar el retraso del sillín hemos de tener en cuenta varios parámetros. El primero y principal es medir el propio retraso. Tradicionalmente esto se ha hecho tirando una plomada desde la punta del sillín y midiendo la distancia horizontal con el eje del pedalier. Sin embargo, los sillines modernos con la nariz recortada modifican todas las referencias que pudiéramos tener.

Evidentemente, nada sustituye a un análisis biomecánico dinámico a la hora de realizar un ajuste preciso de esta medida, pero seguimos teniendo el dilema de cómo medirlo para poder replicarla del potro de medición a nuestra bici. Aunque existen muchos criterios, lo que suele funcionar con un margen de error asumible para la mayoría de sillines del mercado consiste en marcar el punto medio del sillín y tomarlo de referencia, por cierto, un punto que también hemos de usar a la hora de ajustar la altura del mismo.

A al hora de medir seguiremos usando el método habitual de tirar una plomada, aunque hemos de tener cuidado de que no contacte con ninguna parte de la bici lo que podría falsear la medición. Si disponemos de un nivel láser, algo hoy en día más habitual entre los aficionados al bricolaje, las cosas se simplifican mucho y será más sencillo obtener una medida precisa.

Para futuros ajustes, un buen truco es marcar con un poco de cinta aislante la posición en los raíles de forma que si el sillín se mueve o modificamos algo tenemos una referencia clara de la cuantía del mismo.

No debéis olvidar al ajustar el retraso del sillín que esta medida afecta a la altura del mismo respecto al pedalier al efectuarse en recto y no en un arco. Por ello, una vez ajustado el sillín seguramente deberemos subir un par de milímetros la altura si lo hemos adelantado o bajarlo si el ajuste ha consistido en aumentar el retraso.

Cómo saber si está bien ajustado el avance/retroceso del sillín

Nuevamente, nos remitimos a la utilidad de un análisis biomecánico que nos garantizará que llevamos las medidas adecuadas en la bici, incluido el retraso del sillín.

Sin embargo, a nivel casero hay varios aspectos en los que nos podemos fijar, comenzando por comprobar la distribución del peso entre los ejes. Para ello debemos tener en cuenta que nuestro centro de gravedad cuando vamos pedaleando suele caer aproximadamente en la vertical de nuestras escápulas. Con ayuda de alguien comprobaremos que la parte alta de las mismas esté lo más cercana posible a la vertical del eje del pedalier.

Con el sillín en esa posición sería importante comprobar que no vamos ni demasiado largos ni demasiado encogidos en la bici. Lo primero es fácil de detectar si tenemos que agarrarnos a las manetas con los brazos totalmente estirados o no llegamos a agarrarnos fácilmente a la curva del manillar. Lo segundo suele provocar molestias en la parte alta de la espalda y queda patente en una excesiva flexión de los codos.

Sin embargo el punto clave para validar el ajuste será el propio pedaleo. Habremos acertado si podemos pedalear durante un buen rato sin movernos en el sillín. Si tendemos a irnos hacia la punta o sentimos que nos falta sillín por detrás es una señal de que debemos revisar el ajuste del retraso aunque, como ya os hemos indicado, siempre teniendo en cuenta que cualquier modificación afecta a otros parámetros.

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