Cómo utilizar los cambios como un Pro

La primera vez que montas en bici, sabes que una vez conserves el equilibrio lo más complicado son las marchas, utilizar cambios. Al principio no sabes hacia qué lado o qué palanca sube o baja, endurece o aligera. Pero pronto aprendes a manejarlos y te familiarizas con ellos. Y, claro, décadas más tarde consideras que ya llevas muchos años y que tu experiencia es total, que las marchas y el cambio de tu mountain bike o bicicleta de carretera son algo automatizado. Nada más lejos de la realidad.

El cambio de tu bicicleta: cómo ajustar el desarrollo marca tu nivel ciclista

Neguemos la mayor: aún no usas el cambio como un profesional, y es algo que se puede mejorar y que supone un salto de calidad. Te explicamos cómo hacerlo.

El desarrollo, el cambio de una bicicleta o mountain bike supone la dureza de ajuste entre piñones y plato, y por lo tanto, la fuerza que es capaz de mover un ciclista. Por ello, es fundamental que por una vez no pienses solamente en potencia, sino sobre todo en revoluciones por minuto. Pero revoluciones de tus bielas, es decir: piensa en tu cadencia.

Así es, será la cadencia la que determinará qué desarrollo es el idóneo en cada momento y cuándo cambiar. Claro que es preferible poner en marcha el otro factor: leer el terreno con antelación, para anticipar ese cambio. Por lo tanto, de la combinación de cadencia y anticipación de cambio, nade un registro profesional en el cambio de tu bici. Utilizar los cambios es un trabajo fino, de perfeccionamiento lento, y de concentración necesaria y constante.

4 Consejos para un cambio profesional

1. En primer lugar, que valga como máxima sobre el cambio el hecho de elegir un desarrollo acorde a tu nivel, a las exigencias del terreno, pero que tienda siempre a la holgura, a la ligereza, a la agilidad de tus piernas. Mide bien: es preferible una cadencia más alegre que una pelea constante contra una dureza excesiva. Si dudas entre dos desarrollos distintos en un momento dado, decide si bajar al más ligero y aligerar tu cadencia, o aumentar el esfuerzo y asimismo aligerar tu cadencia. Pero es importante que desde fuera tus piernas se vean girar con alegría, con agilidad.
   
   
   
   
2. Controla tu cadencia, ella marca el camino. Familiarízate con RPM, con giro de bielas, y aprende a identificar esa cadencia con un esfuerzo y una potencia concretos. No siempre podrás ir consultando los datos de potencia, así que conócete a ti mismo y a tu bicicleta, y los cambios son una de las mejores formas. Conoce qué supone tu esfuerzo y tu cadencia en un desarrollo determinado, y así con todas las marchas. Porque así aprenderás si estás metiendo una potencia adecuada a tu forma física manteniendo esa cadencia alta.
   
   
   
   
3. Cómo cambiar. En primer lugar evita las tensiones en tu cambio y sobre todo en la cadena de tu bicicleta o mountain bike. Evita llegar tarde al cambio. Parece sencillo, pero es algo así como un coche con cambio automático: es una ciencia saber en qué momento hay que cambiar de marcha para que el esfuerzo se mantenga, la cadencia sea similar. Un consejo útil también es siempre acostumbrarte a tomar el punto de cambio con un pie, el que te sea más habitual y con el que tengas más tacto. De esta forma, controlas mejor la tensión que metes al desarrollo, al cambio, en el momento en que la cadena cambie de corona. Como el embrague de un vehículo a motor, encontrarás la tensión adecuada y, con el tiempo, sabrás meter esa tensión en el momento justo del cambio. Pérdida de potencia y cadencia reducida al mínimo, y no importa el cambio que tengas, si es de última generación o tiene un poco más de tiempo.
   
   
   
   
4. Cuándo cambiar: la palabra clave aquí es sin duda anticipación. Cuando estás realizando un esfuerzo extenuante, el cambio es la última de tus preocupaciones. Y entonces, cometes errores. Pierdes la concentración y sucede. Por eso es una cuestión de profesionales: estar echando el resto y aun así saber cuándo meter el plato, en el momento exacto, con la cadencia y la tensión exactas. En primer lugar, hay que leer el terreno, y no sólo meter plato pequeño o piñón grande cuando ves una pendiente positiva venir, sino jugar con las pequeñas irregularidades del terreno, atacar, romper el ritmo de un pelotón, o ajustarte al ritmo del mismo con el mínimo esfuerzo. Y en segundo lugar, es imprescindible estar ávido todo el tiempo, para ver dónde y cuándo se puede sacar una ventaja con un cambio de marchas, aunque estés agotado.
   
   

Son consejos sencillos, pero como decimos, supone un salto de calidad. No hablamos de Shimano o de SRAM, sino de cambio en general, aunque es cierto que cada cual tiene su tacto. No es la primera vez que una carrera se gana por un cambio preciso en un momento de esfuerzo máximo; o una carrera se va al traste por partir una cadena en una tensión extrema por un cambio inoportuno con falta de previsión.