Cremas calentadoras para ciclismo, un buen aliado en el frío
Las cremas calentadoras o embros (como se las conoce en el mercado anglosajón) pueden ayudar a mantener las piernas calientes durante los días fríos. Aplicar una capa de esta pasta mejorará el flujo sanguíneo de la zona, aunque el calor que transmitirá a las piernas será solo una sensación. Antes de comprar una, conviene saber qué tipos se pueden encontrar en el mercado y cómo hay que ponerlas y quitarlas.
Crema calentadora o embro: sensación de calor a base de picante
Pese a que pueden ser un buen aliado para los días de temperaturas invernales, siempre será más recomendable y efectivo usar mallas especifícas para los días realmente fríos. Aunque poco a poco han sustituido las cremas calentadoras, estas siguen siendo una opción para algunos ciclistas para combatir el frío.
Como definición, podemos decir que los embros -como se las conoce en inglés- son cremas o ungüentos que simulan una sensación de calor gracias a que usan un irritante como uno de sus principales componentes.
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Este irritante suele ser la capsaicina, la sustancia química responsable de que algunos tipos de pimientos piquen. Un embro puede llegar a contener 100 veces más capsaicina que un jalapeño y cerca de 3 veces más que un habanero.
Y aunque el irritante está diluido en los demás ingredientes de la mezcla, el nivel de picante es elevado. Pese a esto, cada producto utiliza una concentración de picante distinta, por lo que esto debe ser algo que cualquier interesado en estas cremas debe consultar antes de comprarlas. Otro dato a tener en cuenta es que algunas usan CBD.
Los embros utilizan diferentes ingredientes, entre los que se pueden encontrar cera de abeja, aceite de semilla de uva, aceites de gaulteria, árbol del té, canela, menta o eucalipto.
Las cremas calentadoras estimulan el flujo sanguíneo en las extremidades inferiores y esto, a su vez, hace que el ciclista se sienta más cómodo. Pero es vital entender que estas cremas no calientan las piernas, sino que dan la sensación de hacerlo. Por este motivo, sigue existiendo el riesgo de lesión, congelación y demás dolencias causadas por el frío y sigue siendo importante calentar antes de salir a rodar.
Oleosos o acuosos
Existen en el mercado diferentes tipos de embros. Grosso modo, se pueden clasificar en dos: los de base oleosa -que serán grasos- y los de base acuosa -que no serán grasos-.
Los grasos dejarán como resultado unas piernas brillantes. Este tipo de cremas crearán una pequeña capa impermeable que también atraerá con mayor facilidad la suciedad.
Las cremas no grasas pueden ser una buena opción para quien no esté depilado, ya que sino la capa de grasa hará que la crema sea aún más difícil de quitar. Sean del tipo que sean protegerán un poco las piernas del viento.
Además, muchos de ellos incorporan aceites esenciales para darle a las cremas un olor agradable, mientras que algunos incluso pueden dar un ligero tono anaranjado a las piernas.
Aplicar el embro correctamente: una de las claves para un buen resultado
Antes de aplicarlo, conviene saber que siempre hay que usar guantes de látex. Estas cremas son difíciles de quitar y lo más probable es que no salgan con un simple lavado de manos. De este modo, aplicarlas sin guantes hará que las manos transmitan el ardor a todas las partes de cuerpo que toquen, con los riesgos que eso conlleva para las zonas más sensibles.
Por otro lado, es igualmente muy importante aplicarla una vez que el culotte esté puesto. Siguiendo la misma lógica, hay que prestar mucha atención a no confundir el embro con las cremas de badana o anti-rozaduras para evitar pasar un mal rato.
Por todo esto, es recomendable no ponerse las cremas calentadoras si las piernas se han depilado el día anterior o si por algún otro motivo tienen la piel dañada.
Lo habitual es notar que la crema empiece a hacer efecto a los 20 minutos de aplicarla. Normalmente, suelen cundir bastante, así que lo mejor será empezar con una pequeña cantidad, que se deberá repartir por músculos y tendones.
Para quitarlo, antes de pasar por la ducha habrá que retirar todo lo posible con toallitas, ya que el agua activará el irritante incluso cuando creas que ya se ha pasado el efecto. Por este motivo, la sensación del irritante también aumentará con la lluvia.
A medida que uses los embros, es probable que el cuerpo se acostumbre al picante y que con el tiempo necesites una concentración de irritante mayor.