Dónde ver la Milán-San Remo 2024

Hablar de Milán-San Remo es hacerlo de la llegada de la primavera, sin duda la época del año más intensa en lo que a ciclismo se refiere. Tras una semana en la que las vueltas han tomado protagonismo con la disputa de Tirreno-Adriatico y París-Niza, la atención vuelve a centrarse en las clásicas con la disputa del primer Monumento de la temporada. Una cita que, por tercer año consecutivo, Tadej Pogacar tratará de sumar a su palmarés y así dar un paso de gigante en el reto de conquistar los 5 Monumentos, todo con permiso del vigente vencedor Mathieu van der Poel que arranca aquí su temporada.

Dónde ver la Milán-San Remo 2024

El sábado 16 de marzo es la fecha en la que tendrá lugar la Milan-San Remo 2024 y, nuevamente, será Eurosport quien traiga esta carrera hasta nuestras pantallas. Al igual que lleva haciendo el canal especializado en deporte en los últimos años, la prueba contará con cobertura completa, desde la salida hasta el desenlace. Más de 7 horas de retransmisión que arrancarán a las 9:50 tanto en sus aplicaciones como en el canal Eurosport 2. Aparte, tratándose del primero de los monumentos, Eurosport ofrecerá a la conclusión de la carrera su primera programa en este 2024 de La Montonera, con el análisis postcarrera y las opiniones de sus expertos en ciclismo y algún invitado.

Van der Poel y Pogacar frente a frente en la Milán-San Remo 2024

Dos ciclistas y un destino se podría titular la película, en esta semana que estamos con la resaca de los Oscar. Ellos, Tadej Pocagar y Mathieu van der Poel y el destino, ser los primeros ciclistas que, desde los años 70 del siglo pasado, logran añadir a su palmarés los 5 Monumentos. En el caso del neerlandés, ya tiene esta carrera en su haber tras la exhibición protagonizada en el Poggio el año pasado, el esloveno, sin embargo, se enfrenta a una prueba tremendamente complicada para sus características y que en los dos últimos años ha rozado pero aún se le resiste.

Y es que no olvidemos lo que los propios ciclistas siempre dicen de la Milán-San Remo: la carrera más sencilla de correr pero la más difícil de ganar. Una prueba en la que únicamente se tiene una bala que hay que usar en el momento preciso. Una única oportunidad de atacar condicionada por la velocidad altísima a la que se rueda durante 300 kilómetros, más larga que cualquier otra cita del calendario y que supone que a la hora de demandar vatios a las piernas tras tantas horas de esfuerzo a máxima velocidad estas no respondan como el ciclista desearía.

Favoritos para ganar la Milán-San Remo 2024

Mathieu van der Poel, como vigente vencedor y tras la excelsa campaña de ciclocross que nos ha regalado este invierno tiene que ser el primero en cualquier quiniela para la victoria en las calles de San Remo. Sin embargo, siguiendo la misma estrategia que utilizó durante la temporada de ciclocross, el ciclista de Alpecin-Deceuninck ha establecido para esta primavera un calendario tremendamente selectivo en el que sólo se incluyen las citas más importantes. Esto supone que su debut en carretera esta temporada será en esta Milán-San Remo lo cual puede suponer un problema por la falta de ritmo de competición. Algo que preocuparía a cualquier otro ciclista pero con lo que Mathieu ya ha demostrado en otras ocasiones que sabe lidiar perfectamente. En cualquier caso, su equipo cuenta con un plan B en las piernas de un Jasper Philipsen que logró estrenar su casillero de victorias hace unos días en la segunda etapa de Tirreno-Adriático y que podría tener su oportunidad.

La ausencia de Wout van Aert, quien ha preferido realizar una concentración en altitud para preparar a conciencia Flandes y Roubaix resta potencial a un tiránico Visma-Lease a Bike que ha realizado un último mes descomunal. Será Christophe Laporte el jefe de filas de los neerlandeses aunque sea una carrera que no se adecúa especialmente a sus características.

En ausencia del ciclista belga, y tras la tremenda exhibición que nos brindó en Strade Bianche, Tadej Pogacar se convierte en el máximo favorito junto a Van der Poel para lograr uno de los monumentos que aún no ha conseguido incorporar a su palmarés. El esloveno ha preferido, tras Strade Bianche, descansar y entrenar a conciencia que desgastarse disputando París-Niza o Tirreno-Adriático, las dos carrera que tradicionalmente suelen servir para afinar el punto de forma a quienes buscan coronarse en San Remo. Un Tim Wellens que está haciendo un notable inicio de campaña será su escudero en UAE Team Emirates hasta las mismas rampas del Poggio.

Sin embargo, la Milán-San Remo es una carrera tremendamente impredecible y, pese a que neerlandés y esloveno sean los máximos favoritos por encima de todos los demás, no siempre se consigue romper la carrera en el Poggio, no siempre es posible llegar perfectamente colocado a este punto o no siempre se consigue encabezar el descenso hacia San Remo. Es ahí donde se abre el abanico y donde no podemos dejar de incluir a alguien que ya sabe lo que es liarla en esa tortuosa bajada.

Hablamos, obviamente de Matej Mohoric, ciclista que siempre está en los puestos de honor de esta carrera y que ya sabe lo que es ganarla tras la espeluznante bajada que nos regaló hace un par de ediciones. También en ese segundo escalón de aspirantes a la victoria hemos de incluir a un ciclista que, por sus características está llamado a conseguir ganar en esta carrera antes o después. No es otro que el ciclista de Lidl-Trek Mads Pedersen quién, pese a un gran inicio de temporada, la semana pasada en París-Niza le ha faltado ese último puntito para imponerse en las llegadas masivas aunque, a cambio, parece haberse vuelto un ciclista más polivalente. Por cierto, como curiosidad, sus dos únicas participaciones en la Classicissima se han saldado con sendos 6º puestos.

Recorrido de la Milán-San Remo 2024

El trazado de la Milán-San Remo es como esas alineaciones míticas de los equipos de fútbol que todo buen aficionado sabe recitar de carrerilla. Un recorrido que lleva años inalterado y que supone que la prueba tenga varias fases perfectamente definidas y siempre uno de los desenlaces de mayor intensidad del ciclismo profesional en un crescendo a fuego lento que explota en las rampas del Poggio.

Arranca la carrera desde las afueras de Milán, concretamente desde la localidad de Pavia, lo que evita a los ciclistas la eterna neutralizada para salir de la ciudad y que incluso en alguna edición ha cosechado algún abandono merced a alguna inoportuna caída. Desde el año pasado que se trasladó el comienzo a una localidad cercana todo resulta más sencillo para la logística de la prueba.

Un primer tramo, llano, como la mayor parte del recorrido lleva la carrera rumbo suroeste a la búsqueda de las costas de Liguria, en las cercanías de Génova. Primera parte en la que el pelotón se lo toma con tranquilidad y dejan hacer a la fuga del día. No es hasta la llegada del Turchino, pequeño puerto, al menos viniendo desde el norte, desde cuya cima se baja a plomo hacia la costa. Un descenso revirado y técnico donde la carrera se estira hasta el infinito después de que en la subida ya se haya establecido un ritmo realmente intenso que será el que los corredores lleven hasta el desenlace.

Ya en la costa el terreno se vuelve de nuevo amable durante un buen número de kilómetros. Sin embargo, en esta parte la carrera ya va totalmente lanzada y no se puede uno despistar. Caer posiciones en el grupo supone un buen calentón para retornar de nuevo por la altísima velocidad a la que se rueda todo el tiempo. Así se va acumulando desgaste hasta llegar a los últimos 70 kilómetros de carrera donde de nuevo el terreno se complica.

Se llega a los denominados “capos”, en donde la costa se vuelve más agreste, ofreciéndonos esas bellas instantáneas tan habituales de esta carrera, con la carretera encajada en la roca y donde hay que sortear tres duras subidas: Capo Mele, Capo Cervo y Capo Berta, que comienzan a separar el grano de la paja en el pelotón y, a su vez, sentencian lo que quedase de la fuga del día.

Tras esto, llega la parte decisiva de la carrera, primero con el ascenso a Cipressa, algo más de 5 kilómetros y medio, muy tendidos pero que suele servir para eliminar a alguno de los a priori favoritos y, de regreso a la costa, tramo de aproximación hacia el Poggio donde la velocidad del pelotón roza lo absurdo y donde no se permite ningún error. Cualquier que pretenda disputar ha de estar colocado delante para entrar en vanguardia en la estrechísima carretera del Poggio.

Por delante apenas 3,7 kilómetros que, incluso cualquier cicloturista es capaz de hacer con plato grande a toda velocidad. Realmente, si no se afrontara con casi 300 kilómetros en las piernas y no tuviera las curvas tan reviradas con que cuenta, donde incluso hay que utilizar el freno, no sería más que un repecho largo. Pero las horas de pedaleo intenso y un ritmo desatado, hacen de estos algo menos de cuatro kilómetros toda una bomba de relojería donde todo puede ocurrir, incluso que corone un grupo más o menos numeroso y, entonces, la definición de la carrera se lleve a cabo en un descenso no menos revirado que su subida y donde la valentía y la técnica son capaces de decidir el ganador, ya sea en solitario o en un sprint de ciclistas muy selectos.