Qué debe tener una bici para ciudad

Ciclismo Urbano 14/06/23 19:34 Sergio P.

Quienes se deciden a dar el paso y convertir la bici en su medio de transporte suelen verse asaltados por dudas acerca de qué tipo de bici elegir y qué características ha de tener una bici pensada para ser utilizada en las calles de la ciudad. Hemos preparado unos consejos para que elijas el modelo más acorde a tus necesidades.

Prepárate para convertirte en ciclista urbano

Hemos tomado la decisión, vamos a empezar a usar nuestra bici como un vehículo para desplazarnos al trabajo o a hacer algunas de las tareas diarias que tenemos que afrontar. Sin embargo al hacerlo, siempre surjen dudas: cómo moverse por la ciudad, qué recorridos elegir, etc.

Por mucha experiencia que tengamos sobre la bici, el ciclismo deportivo poco tiene que ver con la movilidad. Al comenzar a circular por la ciudad debemos cambiar aspectos nuestra forma de enfocar la bici o de circular además de conocer otro buen montón de detalles que harán más eficientes y sencillos nuestros desplazamientos. Entre todas estas cosas elegir la bici más adecuada para el uso que vayamos a hacer de ella así como prepararla adecuadamente para la ciudad resultan esenciales.

Cómo es la bici ideal

Lamentamos deciros que no existe una respuesta a esta cuestión. Al igual que ocurre en el resto de disciplinas del ciclismo, existen muchos tipos de bicis adaptados a distintos usos específicos. Si bien, evidentemente, con todas podremos pedalear y desplazarnos con unas lo haremos de forma más eficiente que con otras. No necesita el mismo tipo de bici quién combina transporte público y pedaleo que alguien que realiza distancias amplias o tiene que circular por tramos de carretera.

Entre las bicis que más habitualmente podemos encontrar en nuestras calles los modelos más habituales son:

  • Bicis estilo holandés: Se trata de máquinas de gran tamaño, en ocasiones también denominadas como bicis de paseo, y que colocan al ciclista en una posición relajada y estable. Cuentan con cuadros robustos, generalmente de acero priorizando la resistencia ante cualquier otro parámetro. Podemos encontrar infinidad de variantes: singlespeed, con cambios convencionales, con cambios en el buje, con pequeñas suspensiones, con frenos de disco, convencionales o incluso de contrapedal. Se trata por lo general de bicis pesadas y poco manejables que encuentran su terreno idoneo en desplazamientos relativamente cortos, preferiblemente en terreno llano y a ritmos muy tranquilos. 

  • Bicis plegables: Sin duda la opción perfecta para aquellos que no se fían de dejar u bici aparcada en la calle o que no cuentan con demasiado espacio en casa para meter una bici. También suelen ser una opción ideal para aquellos que practican la intermodalidad, es decir, combinan medios de transporte haciendo parte del trayecto en coche o transporte público y parte en bici. También aquí encontramos diferentes estilos de bici y sistemas de plegado más o menos rápidos y fáciles de utilizaar, así como distintos sistemas de cambio. La principal limitación que ofrecen es su escaso tamaño de rueda que puede hacer muy incómodo el rodar al afectar más los impaactos y restar eficiencia al pedaleo si tenemos que recorrer distancias más largas.

  • Fixies: Bicis de piñón fijo inspiradas en los modelos utilizados en las competiciones en velódromo y que son un clásico entre los más atrevidos merced a la imagen que proyectan los mensajeros de Nueva York y que prácticamente han creado una subcultura orientada a estas bicis, incluso con competiciones especificas. Están adaptadas a un uso urbano con manillares planos o de cuernos, desarrollo más cómodo o el añadido de un freno que evite parte de los inconvenientes de no poder dejar de pedalear. Son bicis con las que es muy rápido moverse, muy fiables y sencillas de mantener aunque.

  • Híbridas: También referidas en los catálogos como bicis Trekking, Fitness. Vendrían a ser máquinas que combinan las características de bicis de carretera como sus cubiertas lisas o líneas limpias, con las de montaña con manillares planos y geometrías más cómodas a lo que se suma un conjunto de accesorios para hacer más prácticos nuestros desplazamientos urbanos.

  • Cargo Bikes: En los últimos años es un formato de bici que poco a poco se va postulando como un auténtico sustituto del coche en las ciudades. Se trata de bicis de gran tamaño que cuentan con una amplia plataforma en la que llevar una gran cantidad de carga. La normalización de la asistencia eléctrica ha supuesto el despegue de este tipo de bicis que, por tamaño y capacidad de carga, resultan más complicadas de mover. En su contra juega el gran tamaño que ocupan que hace imposible poder guardarlas en un piso.

  • E-Bikes: La asistencia eléctrica ha logrado democratizar el uso de la bicicleta por ciudad como demuestran los sistemas públicos de algunas ciudades como Madrid. Entre las ventajas de contar con esta ayuda está la de ampliar el rango de distancia de nuestros desplazamientos minimizando a su vez una de las pegas que suelen poner quienes rechazan usa la bici como vehículo que es el llegar a los sitios sudado.

Esencialmente esto es lo que encontramos en los catálogos de las marcas si nos vamos a la sección de ciclismo urbano sin embargo también es cierto que casi cualquier bici se adapta al ciclismo por la ciudad y, en muchas ocasiones, la opción más socorrida para hacernos con una bici urbana consiste en dar una segunda vida a esa bici vieja que tenemos abandonada en un rincón. Lo que prima es que sea una máquina robusta y sencilla.

Transformar nuestra vieja bici en urbana

A la hora de utilizar una bici de montaña, carretera o cualquier otro tipo que tengamos en casa como bici urbana es recomendable realizar una serie de adaptaciones para lograr una mejor experiencia por las calles de la ciudad.

Lo primero y más importante tiene que ver con el aspecto de la seguridad si tenemos intención de dejarla aparcada en la calle en algún momento, algo que, si vamos a hacer recados, al cine o cualquier otra cosa, tarde o temprano vamos a necesitar hacer.

Hay que perder el miedo a que nos van a robar la bici tan pronto como la dejemos candada en la calle. A menudo las bicis que se roban es porque, por un lado son atractivas de robar y, por otro son sencillas de sustraer. Si nuestra bici es vieja, con la pintura ya machacada por el tiempo, es decir, tiene un aspecto poco llamativo, será una ventaja a la hora de evitar que los amigos de lo ajeno se fijen en ella. En segundo lugar, es esencial equipar la bici con un candado que resulte seguro. En la actualidad, entre todo lo que se comercializa, lo único razonablemente seguro son los candados de tipo U.

Pero no vale cualquiera, hay que adquirir uno de contrastada calidad como los que tienen disponibles marcas reputadas como Abus o Kryptonite por citar las más habituales, que cuentan con modelos adaptados al uso urbano, incluyendo soporte específico que hace muy sencillo llevarlo en la bici. Son candados caros y bastante pesados pero damos fe de que funcionan perfectamente. Candados de cable, cadenas o articulados cuentan con la desventaja de que se cortan en menos de un minuto. Pueden servir para entrar 5 minutos en el supermercado pero no para dejar la bici aparcada varias horas en un sitio.

De poco vale tener el mejor candado si cuando lleguemos donde hemos dejado la bici nos la encontramos sin ruedas o sin sillín. Esa es otra de las modificaciones que tenemos que hacer de forma obligada. Sustituir los cierres rápidos por cierres de tuerca tanto en ambas ruedas como en la tija. Si además elegimos cierres de seguridad, minimizamos la posibilidad de que nos puedan robar esos elementos. Se trata de cierres que llevan una llave específica lo que hace más complicado que puedan ser retirados.

El siguiente punto a tener en cuenta es el de la posición, sobre todo si de partida nuestra bici estaba pensada para un uso puramente deportivo. En este caso, suele bastar con cambiar la potencia que llevemos por una más corta o incluso con angulación positiva que nos permita montar en una posición más alta que, además, nos ofrece una mejor visión del entorno, importante en la conducción por ciudad. Respecto a los manillares, hay quien los prefiere estrechos para poder filtrarse mejor entre los coches cuando nos encontramos con un embotellamiento. Sin embargo, un manillar ligeramente más ancho nos da más estabilidad y mejor capacidad de girar. En todo caso conviene evitar los excesivamente anchos de las bicis de montaña actuales que son muy poco prácticos en ciudad.

Continuando con las adaptaciones, le llega el turno a los neumáticos. Aquí no nos la jugaremos, se trata de encontrar comodidad y, sobre todo, reducir al mínimo el riesgo de pinchazos. Si nuestra bici es de montaña, buscaremos unas cubiertas lisas con buen balón. Sobre el asfalto los tacos no son lo más eficiente sobre todo si se unen carretera mojada y las rejillas, alcantarillas y pintura deslizante. Si nuestro punto de partida es una bici de carretera, optaremos por modelos de entrenamiento o de gran fondo que suelen incluir carcasas más reforzadas para protegerlas y optaremos por la medida más amplia que acepte nuestro cuadro. El asfalto en ciudad suele estar muy machacado y lleno de baches por lo que todo extra de comodidad siempre se agradece.

Con esto ya tendríamos la bici lista para surcar las calles, aunque nos faltaría equiparla con diferentes accesorios. El primero de ellos es casi una obligación aunque sólo vayamos a pedalear durante el día. Obviamente, nos referimos a las luces para lo que optaremos por un modelo contrastado con buena potencia para uso diurno. Recordad que hacer que nos vean desde lo más lejos posible es la base de la seguridad del ciclista. Por supuesto, elegiremos un modelo que podamos retirar de la bici con facilidad cuando la vayamos a dejar aparcada.

Otros accesorios interesantes son las parrillas portabultos que nos permitirán aumentar la capacidad de carga de la bici, siendo muy prácticos, por ejemplo para ir a hacer la compra. Si tu bici no cuenta con roscas para poder fijar uno, existen modelos en el mercado que se anclan a la tija del sillín e incluso a los cierres de la rueda para ganar en estabilidad.

Dependiendo de donde vivamos y si vamos a hacer un uso continuo de la bici en la ciudad, tampoco debemos descartar el montar guardabarros que suponen una gran diferencia en los días de lluvia.

Con todo esto ya no hay excusa para salir a conquistar la ciudad como si fuéramos un vehículo más. Una forma de desplazamiento que, una vez que superamos el reparo inicial de adentrarnos en lo que siempre nos han vendido como la jungla de asfalto, resulta tremendamente gratificante y nos permite comenzar a ver la ciudad con otros ojos ¿A qué esperas para descubrirlo?

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