Qué tamaño de bielas necesitas
Hace unos días os hablábamos de la importancia de la cadencia adecuada, con un pedaleo alegre que nos evite un sobreesfuerzo muscular. Íntimamente relacionada con la cadencia es la longitud de bielas, un aspecto al que habitualmente no se le presta atención y que puede ser determinante a la hora de lograr el pedaleo perfecto.
La longitud de bielas adecuada puede se lo que te haga pedalear perfecto
Al igual que comentábamos con la cadencia, la longitud de bielas ha sido un aspecto sobre el que los científicos del deporte han investigado y escrito hasta la saciedad y, al igual que con el ritmo de pedalada para no llegar a una conclusión determinante siempre en esa búsqueda de describir los parámetros de la bici con fórmulas y tablas aplicables a todo el mundo.
No, no existe una fórmula que diga, si mides tanto o si tu longitud de pierna es tal te corresponde esta longitud de biela. Algo que, como muchos aspectos del ciclismo, en especial en el ciclismo de carretera derivan de mantras aplicados desde los albores de este deporte.
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Y es que tradicionalmente, viniendo de esa época de desarrollos inhumanos, cuando en las bicis de carretera llevaban platos de 52/42 y piñones que no iban más allá del 21, o esos primeros tiempos de la mountain bike en los que las bicis llevaban triple plato 48/38/28 y apenas 7 piñones con un máximo de 27. En esos años, obviamente, las cadencias de pedaleo eran muy inferiores a las actuales, sobre todo cuando la carretera o el camino se inclinaba hacia el cielo.
Con esta premisa, la recomendación tradicional era, para ciclistas altos y de pura fuerza montar bielas lo más largas posibles a fin de ganar brazo de palanca. Mientras, los ciclistas más livianos, sin tanta fuerza, optaban por bielas más cortas, presuntamente, por favorecer la cadencia ya que una menor circunferencia en principio supone mayor velocidad lineal alrededor de esta.
Sin embargo, la base científica no iba mucho más allá de eso y de los test prácticos en laboratorio en los que se buscaba cotejar la potencia generada por el ciclista con distintas medidas de biela. Ha tenido que ser, con el auge de la biomecánica cuando se ha comenzado a comprender la verdadera influencia del tamaño de biela en la pedalada y como se relaciona esta medida con otros parámetros como el retraso y la altura de sillín, la colocación de las calas.
En todo caso, la longitud de bielas suele ser el parámetro menos alterado y las marcas suelen escalarlo en función de las tallas de bici con bielas de 170 mm para las tallas pequeñas, 172,5 mm para tallas intermedias y 175 mm para las más grandes. En mountain bike si es cierto que resulta más fácil encontrar marcas que montan directamente 175 mm por esa idea tradicional del mayor brazo de palanca que nos permita superar obstáculos en condiciones de muy baja cadencia. Pero es raro que vayan más allá. En el fondo, es algo lógico ya que esas tres medidas se adecúan a la inmensa mayoría de los ciclistas.
Pero, claro, ciclistas muy altos, muy bajos o con unas proporciones corporales atípicas: patilargos o paticortos, pueden necesitar medidas de bielas que se salgan de esas tres típicas, algo que, por suerte, es posible de encontrar en bastantes marcas aunque, habitualmente, bajo pedido o teniendo que buscar mucho. También podemos encontrar razones biomecánicas para salirnos de esas medidas estándar de biela, sobre todo en lo que respecta a obtener una aplicación de potencia lo más constante posible durante todo el ciclo de la pedalada.
Lo que normalmente no se tiene en cuenta es que la longitud de biela afecta a cómo aplican fuerza los músculos a lo largo de la circunferencia, en especial en lo que respecta al ángulo de cadera. Unas bielas largas suponen que el ángulo de cadera cuando la pierna sube se cierre. Con un ángulo tan cerrado la capacidad de aplicar fuerza para extender la piernas se reduce sobremanera.
Es por ello que entre los ciclistas profesionales cada vez es más habitual ver bielas cortas, de 170 mm o menos, incluso en gente bastante alta. Pero también, unas bielas cortas nos permiten lograr una posición más aerodinámica ya que, al flexionar menos la cadera con la pedalada se puede aprovechar ese margen para añadir flexión en la posición. Especialmente relevante es esto en las bicis de contrarreloj donde se ven bielas muy cortas.
Obviamente, no es cuestíon de acortar las bielas y ya sino que hay que hacerlo en conjunción con la colocación de las calas, el retraso y la altura del sillín. Por tanto, esto es algo que sólo se puede adecuar mediante el pertinente análisis biomecánico que analice distintas configuraciones hasta dar con la que mejor rendimiento genera.
Por otra parte, las bielas largas aun tienen sentido. Sobre todo con cada vez más numero de ciclistas de generosa estatura, sobre todo aquellos patilargos, que necesitan una mayor longitud de bielas principalmente para “caber” en la pedalada y poder realizar el ciclo de la misma con todos los rangos articulares dentro de los valores idóneos para que cada músculo realice su labor en la parte del ciclo donde toca y con el mayor aporte de fuerza posible.
Como os habréis dado cuenta, resulta imposible dar una receta general para recomendar una medida de bielas y, como siempre que tratamos estos temas, nuestra mejor recomendación es que os pongáis en manos de un biomecánico reputado que analice minuciosamente vuestra forma de pedalear y elija la mejor configuración de las distintas medidas de la bici tanto para evitar patrones lesivos como para obtener el mejor aporte de fuerza.