Paraísos ciclistas para ir de vacaciones

Carretera 09/08/22 07:13 Sergio P.

La llegada de las vacaciones es el momento esperado por muchos para una escapada ciclista a lugares de ensueño como los que te proponemos.

5 lugares para disfrutar al máximo de tu bici en vacaciones

Hay ciertos lugares que a lo largo de los años se han convertido en auténticos santuarios ciclistas. Unos por el tirón que les da el paso de las competiciones profesionales por sus carreteras, otros simplemente por ofrecer una mezcla de recorridos y paisajes increíbles en los que pedalear con nuestra bici.

Hemos elegido 5 zonas que, sin duda, cualquier ciclista debería visitar alguna vez en su vida.

Pirineos

De las históricas grandes cordilleras del ciclismo es, por suerte, la que más a mano nos queda. Entre Irun y Portbou tenemos infinidad de opciones para elegir un lugar de vacaciones tanto en el lado francés como en el español, sin olvidar uno de los lugares de moda para el mundillo del ciclismo como es Andorra.

En la zona de Iparralde, el País Vasco-Francés, tenemos una maraña de puertos y profundos valles que configuran la que seguramente sea la mayor concentración de rampas por encima del 10% de todos los Pirineos con ascensiones como Larrau, Errozate, la Piedra de San Martín por cualquiera de sus 7 vertientes, además de montones de pequeños y desconocidos puertos.

Prosiguiendo hacia el este, tenemos la zona de los grandes colosos con nombres como Aubisque, Hatacam, Tourmalet, Peyresourde que no pueden faltar en el curriculum de cualquier ciclista que se precie. Pero también otros menos conocidos como Lagos de Cap d’Long-Aumar, Port de Bales, Spandelles o lugares de belleza sobrecogedora como Col de Tentes o Circo de Troumusse.

En esa misma región, la vertiente española nos ofrece un duro terreno plagado de pequeños puertecitos a caballo entre Navarra y Huesca en un terreno de media montaña que seguramente sorprenderá a muchos ¿Quién no recuerda la famosa etapa de Formigal en La Vuelta a España?

Más hacia el este, encontramos, en el lado francés, la región de Ariège con nombres tan conocidos como Plateau de Beille o Pailhères, auténticos colosos fuera de categoría a los que ha que sumar otra buena dosis de puertos bonitos y duros como Mur de Péguère, Col de Agnes, Lers por citar algunos.

Desde el Ariège, Andorra se encuentra a tiro de piedra. Un país entero para montar en bici por unos puertos espectaculares que se ubican en un radio de muy pocos kilómetros por lo que podemos montarnos unos enlazados de tremenda dureza: Ordino, Arcalís, Arinsal, Envalira, Col de la Gallina, Por de Cabús, Engolasters, Cortals d’Encamp. Digamos que no es el mejor lugar para los ciclistas rodadores.

De postre, ya sintiendo la proximidad del Mediterráneo, la región de la Cerdanya, tanto en su vertiente francesa como española cuenta con otra buena dosis de media montaña que seguro que no dejará indiferente a nadie.

Nuestra recomendación en Pirineos es que elegir una zona para recorrer y establecer campo base. Los puertos por lo general están juntos y son fácilmente enlazables por lo que en 3 o 4 días podéis conocer todos los puertos de la región que elijáis. Algunos puntos habituales como destino vacacional por la concentración de puertos en sus alrededores serían Saint Lary o Luz Saint Sauveur.

Alpes Franceses

Si los Pirineos ofrecían cientos de opciones para una escapada ciclista, qué decir de los Alpes, la cordillera con los puertos más largos y más altos.

Si comenzamos a recorrerla de norte a sur, desde las proximidades de la ciudad suiza de Ginebra comenzamos por una bonita zona de media montaña que nos conduce hasta una localidad de nombre tan ciclista como Morzine con el Joux Plane como referencia.

Continuamos con nuestro periplo alpino, nos aproximamos a la región próxima al Mont Blanc. Nos vamos encontrando también una serie de nombres que hemos visto infinidad de veces en el Tour de Francia como Colombière.

Desde aquí ya entramos en el dominio de los grandes gigantes, donde vamos encontrando nombres de la talla de Cormet de Roselend, Petit Saint Bernard, Iseran, Madeleine. Al otro lado de esa barrera de motañanas podemos seguir sumando con más nombres míticos como Glandon, Croix de Fer, Telegraphe y Galibier, Mont Cenis. Eso sólo mencionando a los grandes colosos, que también podemos encontrar otros más pequeños y no menos espectaculares como los icónicos Lacets de Montvernier que pudimos ver en el último Tour de Francia.

Siguiendo a lo largo de la cordillera nos encontramos como otro destino con tanta reminiscencia ciclista como es Briançon a pie del mítico Izoard o del recuperado Col du Granon que decidió el último Tour de Francia. No hay que ir mucho mas lejos para continuar encontrando nombres como Vars, la Bonette, Allos o Cayole que ya suponen el punto de escape, desde el lado francés, hacia el mar mediterraneo.

En el caso de los Alpes, enlazar recorridos circulares es mucho más complicado por la gran longitud de los puertos de esta cordillera, lo que a menudo supone hacer descomunales etapas, por lo que en muchas ocasiones no queda otra alternativa que hacer recorridos sube y baja si vuestra forma no es excelente.

Por ello, dependiendo de los días de que dispongáis es mejor elegir varios puntos de salida e ir trasladando el alojamiento a esos lugares donde podemos hacer uno o dos días. Entre los sitios para elegir como punto de partida para nuestras rutas podríamos incluir Morzine, Le Grand Bornard, Bour Saint Maurice, el valle de la Maurienne, Bourg d’Oissans al pie del mítico Alpe d’Huez o, si seguimos hacia el sur, lugares como Briançon o Embrun.

Dolomitas, Italia

Pese a que en muchas ocasiones se suele denominar, por desconocimiento, como Dolomitas a todas las tremendas montañas del norte de Italia, en realidad, este nombre únicamente corresponde al macizo montañoso que encontramos en el extremo oriental de los Alpes, en la región del sudtirol y que cuenta con una peculiar y característica geología en la que profundos valles se mezclan con imponentes agujas de roca.

Un macizo montañoso que aglutina algunos de los puertos más duros y a la vez bellos del ciclismo en una combinación de longitud y grandes porcentajes. Todo ello por carreteras que en la mayoría de los casos son auténticas alfombras.

Varias son las localizaciones que podemos elegir como punto de partida para nuestros recorridos dolomiticos aunque, sin lugar a duda, el que mejor enclavado se encuentra es el valle de Badia, situado en el epicentro de la región. Desde aquí, tenemos a tiro de piedra colosos como la Marmolada, el Pordoi, Passo Sella, Tres Cimas de Lavaredo, Falzarego o Passo Giau.

Más hacia el el sur, justo a las puertas de los Dolomitas, localidades como Feltre o San Martino di Castrozza nos ofrecen otro buen punto de partida para enlazar rutas épicas con puertos como el terrible Manghen o el icónico Passo Rolle.

Hay un antes y un después de visitar los Dolomitas, con su sobrecogedor paisaje que nos impresiona y llena la vista miremos hacia donde miremos.

Cantabria y Asturias

Aunque solemos tener ninguneados los destinos ciclistas de nuestro país, no cabe duda que por estos lares contamos con paraísos ciclistas que muy poco tienen que envidiar a otros famosos destinos. Un claro ejemplo son los puertos de la Cordillera Cantábrica a caballo entre las comunidades de Asturias y Cantabria. Puertos que en pocos kilómetros ganan mucha altitud al encontrarse las montañas prácticamente sobre el mar del que toman su nombre.

Es por ello que en esta región encontramos, principalmente dos tipos de puertos. Por un lado larguísimos valles de porcentaje agradable y mantenido que son una auténtica delicia para pedalear. Es el caso de algunos afamados puertos cántabros como Portillo de la Sía, Los Tornos, Portillo de Lunada o Piedrasluengas, aunque algunas veces las pendientes se desmadren como sucede en la parte final de El Escudo.

Por otra parte, tenemos los puertos que sirven de conexión entre los diferentes valles, en la mayoría de los casos de no excesiva longitud y en algunos con porcentajes importantes al no haber prácticamente espacio entre valles tan angostos para trazar carreteras de forma más progresiva. Nos vienen a la cabeza, en la zona cántabra algunos nombres típicos como Alisas, El Caracol, Braguía o el encadenado de las colladas de Carmona, Ozalba y Hoz.

Ya en el lado de Asturias el número de pequeños puertos y collados, la mayoría auténticas trampas que sólo conocen los habituales de la zona, se multiplican en la maraña de vallecitos que jalonan la superficie de esta comunidad. Sin embargo, no nos podemos olvidar de los puertos que han calado en el imaginario popular como la mítica subida a Lagos de Covadonga o el temible Angliru. Tampoco son nada desdeñables colosos como la Cobertoria, especialmente si continuamos el ascenso hasta el Gamoneteiro que tuvo su debut en La Vuelta 2021, o San Lorenzo, puerto de paso realmente duro y, a menudo, eclipsado por los antes mencionados.

Sin embargo, si tuviéramos que elegir uno, nos tiene ganado el corazón La Cubilla, un precioso puerto, sin porcentajes excesivamente duros, de más de 20 kilómetros de longitud y con unos paisajes que bien podrían estar sacados de los Alpes o los Pirineos.

A la hora de establecer nuestro campo base para estas rutas la enorme oferta turística de estas dos comunidades nos pone la elección complicada. En el caso de Cantabria lugares como Cabezón de la Sal, Potes o Selaya pueden ser buenos puntos de referencia. En Asturias, otro tanto de lo mismo, con localidades como Cangas de Onís, Pola de Lena, Arenas de Cabrales o Nava como lugares que nos permiten cubrir gran parte de la geografía de esta región.

Canarias

Otra de las grandes asignaturas para la mayoría de ciclistas de nuestro país es descubrir los puertos de las Islas Canarias, en especial Tenerife y Gran Canaria como máximos exponentes de las posibilidades del archipiélago, aunque otras como Lanzarote o el Hierro sean también auténticos paraísos.

De hecho, Tenerife se ha convertido en los últimos años en destino habitual para las concentraciones de varios ciclistas profesionales que encuentran en la cima del Teide un sitio perfecto para pernoctar en altitud a la vez que cuentan con carreteras espectaculares para la práctica del ciclismo. No sólo por la tremenda subida al Teide, con más de 40 kilómetros de longitud sino también por otros tesoros escondidos como Masca y sus empinadísimas rampas o las preciosas carreteras de Anaga con la subida de El Bailadero como máximo exponente con sus 22 kilómetros de ascenso.

En cuanto a Gran Canaria, prácticamente toda la isla parece un parque temático dedicado al ciclismo en la que la terrible subida al Pico de las Nieves eclipsa una gran variedad de puertos como Cruz de San Antonio, Ayacata, Mirador de Ayagaures por citar sólo algunas de las subidas.

En el caso de Canarias, el principal problema con que se enfrentan muchos es el de viajar con su bici. Sin embargo, la oferta turística en las islas es tremendamente amplia y no es difícil alquilar bicis, de cualquier nivel de montaje y por unos precios realmente interesantes, que eliminan de un plumazo la principal pega de tener que utilizar el avión para un viaje ciclista.

¿Cuál de estos lugares elegiríais en primer lugar para vuestras vacaciones ciclistas?¿Que otros destinos que no aparecen aquí os gustaría visitar? Cuéntanoslo en nuestras redes sociales.

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